Cultura

La sevillana Sala Q amenaza con cerrar sus puertas a finales de año

La decisión está tomada, y sólo una enérgica reacción por parte de las instituciones evitará que la Sala Q, en el sevillano polígono Calonge, eche el cierre al término de este año, después de cuatro años oficiando como baluarte de la música en vivo. (Foto: El Correo).

el 15 sep 2009 / 02:42 h.

La decisión está tomada, y sólo una enérgica reacción por parte de las instituciones evitará que la Sala Q, en el sevillano polígono Calonge, eche el cierre al término de este año, después de cuatro años oficiando como baluarte de la música en vivo.

La sala hacía pública su determinación ayer en un comunicado en el que explicaban los graves problemas económicos que atravesaba el proyecto y proponían "no buscar culpables", pero en conversación telefónica con Juan Manuel Martín, responsable de programación de la sala, todos los reproches iban dirigidos a la administración pública.

"La Q no se mantiene sola, entre otras cosas porque somos una sala de conciertos, y no una discoteca. A pesar de la favorable respuesta del público, si no hay apoyo de las instituciones no hay manera de sacarla adelante", explica. Desde su nacimiento en 2004, el camino de la Sala Q -como el de cualquier empresa de estas características- no ha sido fácil. El primer cierre se produjo apenas un año después para adecuar el espacio a las no pocas exigencias técnicas, con sus correspondientes trámites burocráticos y costes no previstos.

"Son muchas las trabas y el Ayuntamiento no cuenta con esto, no lo ve esto como un foco cultural", prosigue Martín, quien asegura que ha mantenido reuniones con responsables de la Delegación de Cultura que no han reportado los frutos deseados.

"El objetivo de los responsables municipales era lograr que Sevilla tuviera seis o siete salas de conciertos, con el objeto de equipararla a la media española. Pero después de cuatro años esperando algo, no ha habido ninguna respuesta y es hora de pensar en echar el cierre", añade.

La Sala Q seguirá programando sus conciertos hasta fin de año "y se procurará enriquecer aún más hasta el último día de apertura para poder minimizar las notables pérdidas que ha supuesto esta aventura", según el comunicado.

"Creemos que programar ciento y pico conciertos al año es algo que tiene que valorarse, y la programación ha ido mejorando progresivamente sólo a base de echar dinero", comenta Juan Manuel Martín, que siente a la sala Q como víctima de un agravio comparativo a la hora de repartir los dineros públicos.

"No hemos recibido el apoyo que necesitábamos para continuar, pero luego hay presupuestos desorbitados para festivales, como el millón y medio de euros que va a cobrar una empresa privada por organizar Territorios", lamenta el programador. Este periódico intentó sin éxito localizar ayer a la delegada de Cultura del Ayuntamiento hispalense, Maribel Montaño, para pedirle su opinión al respecto.

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