La Fundación Autor de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), que lleva casi dos años buscando sin éxito un comprador para el macroauditorio que posee en la isla de la Cartuja, ha decidido mostrar la mercancía a los posibles interesados para impulsar su venta. Para ello, quiere inaugurar este inmenso teatro, que ha costado más de 70 millones y dispone de 3.500 localidades, el próximo 28 de abril, nada menos que con la gala de los Premios Max de las artes escénicas. El objetivo de la SGAE es aprovechar el tirón de estos galardones, cuya ceremonia se retransmite en la televisión nacional y que suele tener alguna repercusión fuera de nuestras fronteras, para dar a conocer el ingente edificio en sociedad. Y aunque esta decisión no es firme aún, en la Fundación Autor ya están haciendo números para calcular cuánto costaría de más llevarse estos premios a Sevilla antes solían itinerar por España, pero desde que comenzó la crisis se ha preferido dejarlos en Madrid, ya que el coste de hacerlo en la capital ronda los 250.000 euros, cantidad que se incrementaría considerablemente si se trajesen aquí. No obstante, este año la SGAE contará una ayuda del Ministerio de Cultura de 65.000 euros. El presidente de la Fundación Autor, Antonio Onetti, recuerda, en declaraciones a El Correo, que el teatro lleva ya tiempo terminado, aunque sin la dotación tecnológica necesaria para comenzar a funcionar. El auditorio está acabado, pero necesita focos, mesas de sonido, sistemas eléctricos e, incluso, sillas para los camerinos. Es como un piso terminado para entrar a vivir, señala. Nos gustaría aprovechar los Max para enseñar al mundo el magnífico espacio que tenemos, ponerlo en valor. Estamos mirando los costes y vamos a tomar la decisión antes de final de año, ya que debemos incluir la inversión necesaria en el presupuesto de 2014, apunta Onetti, que deja muy claro que la intención final de la SGAE es vender el edificio. Nuestro objetivo es desinvertir en la red de auditorios Arteria conjunto de espacios escénicos puestos en marcha por esta entidad durante la etapa anterior, siendo Teddy Bautista presidente de la SGAE, antes que dejara el cargo por la operación SAGA, pero no es lo mismo vender un teatro que está funcionando en la Gran Vía de Madrid que éste el mayor de la red, en la Cartuja, reconoce. Si finalmente el auditorio abriera sus puertas el 28 de abril, Onetti admite que luego todas las opciones están sobre la mesa. Podría volver a cerrarse a la espera de un comprador o, por el contrario, abrirse para albergar espectáculos o eventos concretos. Y es que, aunque nadie parece estar dispuesto a adquirir semejante infraestructura que se inició en 2007, el presidente de la fundación reconoce que hay propuestas para encargarse de la gestión, aunque nada en firme. ¿Que el teatro siga funcionando después de la gala? Todo dependerá de los próximos acontecimientos. Nosotros, desde luego, no vamos a contratar una programación estable, pero si algún operador quisiera hacerse cargo del espacio a partir de 2014, eso sí sería viable. Nosotros nos hemos encontrado con este problema y lo que queremos es solventarlo, y barajamos todas las posibilidades para que este teatro cumpla con su función, asevera. El responsable de la Fundación Autor sabe que en esta empresa la SGAE está sola. Por una parte, comprende que no haya instituciones públicas en Andalucía capaces de quedarse con el recinto ni la Junta ni el Ayuntamiento han mostrado interés, y por otro confiesa que la competencia del Palacio de Exposiciones y Congresos (Fibes) no ayuda para nada a la posible explotación del Arteria Al-Andalus que ese fue el nombre con el que fue concebido este recinto. Evidentemente que se construyeran ambos edificios a la vez no fue una buena idea, pero nosotros vamos a seguir intentando vender éste, concluye Onetti. Sin embargo, no todos tienen claro que sea adecuado abrir este auditorio sólo para un día. El presidente consejo territorial andaluz de la SGAE, Manuel Marvizón, explicó ayer a este periódico que el coste de inaugurar el edificio con esta gala sería elevadísimo, puesto que habría que dotarlo tecnológicamente, algo que para nada es barato, sólo para un acto. De hecho, aseguró que la solución para el Al-Aldalus debe llegar ya y ser definitiva. De hecho, avanzó que a final de mes habrá una reunión en Sevilla con la cúpula de la SGAE para determinar qué salida se le da, ya que incluso mantener cerrado el teatro vale mucho dinero. Al margen de la sede de los próximos Premios Max, que ya se celebraron en Sevilla en el pasado en 2000 en el Maestranza, y en 2008 en el Lope de Vega, su comité organizador anunció ayer que habrá una profunda renovación en la edición de 2014, con reducciones y cambios de categorías y nuevas normas para elegir a los ganadores.