Esta Semana Santa nos ha traído sorpresas agradables, como el Metro a pesar de momentos puntuales en los que era difícil incluso utilizarlo, y otras no tanto, como las sillas chinas, denominadas así porque parece que se venden donde se venden. Nadie dudará de su comodidad para muchas personas a la hora de querer reposar durante un rato, pero pueden aportar consecuencias nefastas en el momento que se precise, por ejemplo, una evacuación. En la ciudad de la bulla, la gente está acostumbrada a moverse, y no a permanecer estática en cualquier sitio. El Cecop articula todo un dispositivo para cualquier eventualidad, y en el caso de tener que atacar una calle, poder hacerlo de manera ordenada. El problema puede surgir cuando quieras evacuar cualquier zona, y no lo puedas hacer porque la masa humana no te lo permita. Es ahora cuando hay que hablar de ello, para evitar historias extrañas en años venideros. Me sigue pareciendo que la seguridad está por encima de todo.
