El conjunto de natación sincronizada le dio ayer a España su primera presea, una de plata, en los Mundiales de natación en Roma. El éxito se hizo esperar hasta la final del ejercicio técnico de equipos, prueba en la que Rusia, con siete notas de 9.9, se alzó con el oro.
Las españolas conservan la jerarquía internacional que tienen desde hace dos años y que certificaron el ejercicio pasado cuando en los Juegos de Pekín 2008 lograron dos medallas de plata después de las rusas, que ayer volvieron a subir a lo más alto del podio en el Foro Itálico de Roma.
Ni siquiera hizo falta que la seleccionadora española, Anna Tarrés, recurriera a la estrella, Gemma Mengual, que no nadó ayer. La seguridad en su ejercicio y en sus nadadoras es sobresaliente. El equipo español estuvo formado por Ona Carbonell, Raquel Corral, Margalida Crespí, Andrea Fuentes, Thais Henríquez, Paula Klamburg, Irina Rodríguez y Cristina Salvador, una de las incorporaciones españolas, de 17 años, y que rompió a llorar tras escuchar la puntuación, 97.883, que le daba la primera medalla en una competición de este nivel internacional.
Las españolas nadaron en la final técnica bajo la música de Buggy Wonderland, del grupo Earth, Wind and Fire, para sumar una de las mejores notas de su historia.
Las españolas tienen su mejor plan en el ejercicio artístico, donde su capacidad de innovación, que es una de sus características, se puede explotar. Con la segunda posición en Roma 2009, España logra su mejor puesto en la prueba de técnica de equipos en un Mundial.
Las rusas, campeonas olímpicas, sumaron un punto más que las españolas, 98.883. Las chinas fueron terceras con una calificación de 96.667. Con la medalla de bronce de las asiáticas se repite el podio de la categoría por equipos de la final de la capital china de 2008.
Gemma Mengual se clasificó en el segundo lugar con una puntuación de 97.834 para la final individual de rutina técnica de natación sincronizada.
Mengual, quien ejecutó su número en el séptimo lugar, pasó así con la segunda mejor puntuación gracias a un ejercicio que los jueces no valoraron excesivamente alto en lo técnico, apartado en el que la española obtuvo un 9.8 como mejor nota y un 9.6 como la más baja. La catalana, plata en esta disciplina en Melbourne en 2007, quedó por detrás de la rusa Natalia Ishchenko, quien obtuvo una puntuación de 98.667.
