Aunque no se conoció hasta ayer el programa de la 22 temporada de conciertos (que cuenta con un presupuesto de 1.100.000 euros) era previsible que la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS) propusiera un ciclo convencional en medio de una época en la que no puede permitirse perder un sólo abonado.
De este modo su director titular, Pedro Halffter, ha decidido cambiar a Beethoven -de quien se acaba de tocar su integral sinfónica- por Brahms, proponiendo el grueso de su catálogo orquestal (Oberturas, Conciertos y Sinfonías incluidas). Este será el guión central de una temporada que se abrirá con sendos monográficos dedicados a Mozart en vísperas de la interpretación de su ópera Las bodas de Fígaro. Un miniciclo que permitirá a la ROSS durante un mes "trabajar intensamente" la sonoridad clásica que exige el compositor, al decir de Halffter. Desde una óptica más atrevida sobresale la programación -por vez primera,- de la muy avanzada Sinfonía nº14 de Shostakovich y el estreno absoluto de Salón de espejos de la laureada compositora sevillana Elena Mendoza. También se colarán páginas orquestales de Ravel (Bolero, Concierto para piano...), Elgar (Concierto para violonchelo), Mendelssohn (Sinfonías nº4 y 5), Poulenc (Concierto para dos pianos), Mahler (Sinfonía nº 5), Ginastera (Estancia) o Strauss (El burgués gentilhombre).
En lo que concierne a la nómina de batutas invitadas sobresalen algunos valiosos ‘fijos' como Marc Soustrot, Howard Griffiths y Michael Schønwandt con algunas sorpresas, como el concierto confiado al gran maestro polaco Antoni Wit, además de Pavel Kogan, John Axelrod y Josep Pons, entre otros. Los solistas pasan por nombres como los violonchelistas Gautier Capuçon y Asier Polo, los violinistas Isabelle van Keulen y Renaud Capuçon, los pianistas Tzimon Barton, Rudolf Buchbinder y las hermanas Labeque y el guitarrista Pablo Sáinz Villegas, entre otros. Sin giras en el horizonte, la ROSS sí se dejará ver por el Auditorio Nacional de Madrid y acudirá al Festival de Cádiz.
