Sevillana de Constantina y con 30 años, Celia Rico se convirtió en la única representante española en la 69 edición de la afamada Mostra Internacional de Arte Cinematográfico de Venecia con su corto Luisa no está en casa. En esta historia, Luisa, interpretada por Asunción Balaguer (viuda de Paco Rabal), rompe, gracias a un accidente doméstico, con un matrimonio hecho de silencios y consentimientos. Quedarse sin lavadora hace que Luisa conozca en la lavandería a una señora de su misma edad que le hace ver que la vida es de otra manera a como la ha vivido la protagonista hasta ahora. Luisa no está en casa se proyectará dentro del Festival de Cine de Sevilla (del 2 al 10 de noviembre).
-¿Sigue habiendo muchas luisas en España?
-Yo las veo por todas partes.
-España ha bajado 14 puestos en el ranking mundial sobre igualdad por la crisis. ¿La igualdad cotiza a la baja, ha sido un espejismo?
-No creo que la igualdad se tenga que medir en términos de cotización ¿Acaso nos olvidamos de que es un derecho humano? La desigualdad -y ahora voy más allá del género- es una de las grandes consecuencias de la crisis, pero también ha sido su principal causa. La sociedad capitalista está construida así: para que unos cuantos vivan mejor, una gran mayoría vivirá peor. La situación de la mujer dentro de todo este universo de desigualdades es muy peligrosa. Gran parte de las mujeres de mi generación tenemos miedo hasta de plantearnos la maternidad, aunque deseemos ser madres.
-¿Cómo filmaría esta crisis y sus consecuencias?
-En época de crisis creo que es necesario filmar historias como la que nos regaló Kaurismäki el año pasado, Le Havre. Una historia humana, positiva, que nos recuerda que a pesar de las miserias políticas y gubernamentales, a pesar de las leyes injustas y las barreras que imponen las fronteras físicas y mentales, el valor transformador de la acción individual comprometida tiene un poder casi curativo.
-La protagonista de su corto, Luisa no está en casa, es una mujer que vive en un matrimonio hecho de silencios y consentimientos. ¿Hemos consentido demasiado los ciudadanos para llegar a la situación en la que estamos?
-¿Luisa consiente o Esteban abusa? Me gusta el cine que plantea preguntas, y no tanto el que las responde. Así que contesto con otra pregunta: ¿no será que se ha abusado demasiado de los ciudadanos hasta el punto de llevarlos a la situación en la que estamos?
-Reconoció que su selección para el Festival de Cannes fue un impulso y una confirmación de que éste es su camino. Prepara un largo. ¿Versará sobre el mundo femenino también?
-Hay una frase de Marguerite Duras que me provoca interrogantes que me gustaría responder y replantear en términos cinematográficos: "Todas las mujeres de mis libros han habitado esta casa, todas. Solo las mujeres habitan los espacios, no los hombres". Así que mi respuesta es sí. El mundo femenino tendrá mucha presencia en mis futuros trabajos.
-Con lo que cuesta abrirse camino en el mundo cultural, ¿la subida del IVA terminará de cargarse la industria del cine?
-Evidentemente, todo lo que sea encarecer la entrada a los cines juega en su contra, pero el cine, por suerte, no es sólo la taquilla. Me preocupa como espectadora la crisis del acceso igualitario de la ciudadanía a la cultura. Sueño con un mundo de libre acceso a la cultura y que ese libre acceso pueda convivir con una industria fuerte y sólida en la que los valores culturales no estén regidos por los valores económicos. ¿Cómo es esto posible? Ojalá los políticos intentaran resolver preguntas de este tipo. Para eso les pagamos un generoso sueldo.
-Ha afirmado también que su proyecto, lo sacará adelante como sea. ¿Le parecen viable la fórmula del ‘crowfunding'?
-Ése es mi interés: continuar con mis proyectos, contando historias como las de Luisa. El empujón que suponen las invitaciones a los festivales, el aplauso de público, la reciente Mención del jurado en La Noche del Corto Español en la Seminci, me animan a encontrar mi pequeño lugar en el cine. Ahora mismo, además de llevar adelante mi trabajo, estoy preparando un nuevo proyecto. En este momento no se cuál será su forma de financiación, pero sé que tendré que buscar diferentes y nuevos caminos. El ‘crowfunding' podría ser uno de ellos. O no. Cada proyecto necesita sus propias fórmulas.
-¿Qué consejo daría a aquellos jóvenes que sueñan con seguir pasos como los que usted está dando?
-Aún es pronto para dar consejos. Lo que puedo decir es lo que me repito a mí misma cada día: no hay que soñar demasiado, sólo un poco, porque hay que tener los pies en la tierra y trabajar día a día. Siendo honesto y sin temer encontrarse con un no. Las historias se construyen poco a poco, hay que dejarlas reposar, volver a ellas, pero no abandonarlas nunca. Y mostrarlas cuando estés seguro de que has trabajado todo lo que has podido en ellas. Leer es muy importante. Mirar y escuchar. Dejarse sorprender. Confiar en uno mismo y encontrar la voz propia. Tomar conciencia de las decisiones. No tener miedo.
-Acaba de participar en la Seminci, en Valladolid, y lo próximo es el Festival de Cine de Sevilla. ¿Larga vida a los festivales o les quedan dos telediarios como consecuencia de la falta de fondos?
-La falta de fondos afecta a todas las esferas y, especialmente a la cultura. Me gustaría mantener una actitud positiva al respecto. Larga vida a los festivales, sí. Son necesarios. Gracias a ellos podemos conocer cinematografías que no se estrenan comercialmente, enriquecer nuestra cultura cinematográfica y dialogar con muchos otros profesionales del medio. Son un escaparate y un lugar de encuentro necesario para la cultura cinematográfica de un país.
