Si hay un municipio de la provincia privilegiado en las estadísticas es Tomares, en el grupo de cabeza de las cifras de la renta de Andalucía. Pero el dinero no da la felicidad: sus habitantes se sienten presos de un tráfico que hace los viajes a la capital hispalense más lentos en coche que andando.
Y el problema viene de antiguo: ya la ex alcaldesa Antonia Hierro (PSOE) se quejaba de que Tomares soportaba el tráfico que generaban las infraestructuras que rodean el pueblo y que sus consistorios colocaron en su día, como Ikea en Castilleja de la Cuesta o El Corte Inglés en San Juan de Aznalfarache.
Para más inri, en los domingos de verano las conexiones con Sevilla se reservan a los vehículos provenientes de las playas de Huelva, mientras que los automovilistas del Aljarafe tienen que conformarse con una tortuosa ruta por antiguas carreteras comarcales y travesías atestadas de vehículos.
De ahí que la propuesta que ideó el actual alcalde, José Luis Sanz (PP), cuando se presentó a las elecciones municipales de crear un teleférico fuera tomada como un chiste fuera de Tomares, pero respaldada por unos vecinos hartos de padecer unas infraestructuras que no dan más de sí y que tienen, como pasa en gran parte de la primera corona del área metropolitana, más vínculos con la ciudad central que con el pueblo en el que viven.
En el primer trimestre de este año, el regidor quiere tener listo un anteproyecto del teleférico para presentarlo a la Consejería de Obras Públicas, ya que sólo podrá pasar de promesa a realidad si se ponen de acuerdo las dos administraciones. De momento, la falta de acuerdo entre el alcalde y las administraciones controladas por socialistas tumbó el pasado año la posibilidad de que en este pueblo del Aljarafe se instalara una comisaría de la Policía Nacional al servicio de la comarca.
Las infraestructuras metropolitanas más importantes con las que cuenta Tomares son el Gran Casino Aljarafe y el polígono El Manchón. Y si el casino es la gran apuesta por la industria del turismo, el polígono El Manchón, construido hace décadas, es el ejemplo de una infraestructura levantada a salto de mata y sin planificación.
También Aljarafesa, la suministradora de agua de la comarca del Aljarafe tiene su sede en Tomares. El anuncio de su fusión con Emasesa adelantando al Consorcio del Huesna levantó un par de meses una crisis entre cargos socialistas favorables a una u otra novia para la gestión común del agua en todo el área metropolitana.
El resto del municipio es básicamente residencial, con la gran excepción de la fábrica de aceitunas de toda la vida, Jolca, cada vez más alejada de la materia prima por el desarrollo urbanístico de la comarca. En el futuro Tomares ofrecerá además a la Gran Sevilla el Parque Central del Aljarafe.
