Repsol YPF obtuvo el año pasado un beneficio neto de 3.188 millones de euros, sólo un 2% más que en 2006, en un ejercicio marcado por la severa depreciación del dólar frente al euro y la reducción de los márgenes internacionales de la actividad de química.
El lastre de un euro fuerte fue compensado parcialmente por el incremento del precio del barril de crudo en los mercados internacionales y los mayores márgenes internacionales de la actividad de refino, explicó ayer la petrolera hispano-argentina.
La petrolera presentó ayer un plan de inversión de 32.800 millones para el periodo 2008-2012, con el que espera triplicar su beneficio neto en cinco años y reequilibrar su cartera de activos para reducir su exposición en los países de Latinoamérica. De momento, ya se contempla la venta de activos "poco rentables" en Ecuador y Brasil, según detalló, y destacan la inversión en ampliar las refinerías de Cartagena y Bilbao y la portuguesa de Sines.
El presidente de la compañía, Antonio Brufau, afirmó que el nuevo plan estratégico es "sólido", se basa en "proyectos con nombres y apellidos, que vienen con la rentabilidad debajo del brazo", y, además, en unas previsiones macroeconómicas "prudentes".
Brufau también se refirió a la reordenación del sector y al papel relevante que, a su juicio, jugará la compañía Gas Natural, participada en un 30% por Repsol YPF. La gasista presidida por Salvador Gabarró "va a estar en alguna movida, no sé si dentro de tres o seis meses, pero va a ser un consolidador o un consolidado", dijo.
No obstante, puntualizó que el consejo de administración de Repsol YPF "jamás" ha discutido sobre una eventual fusión y aclaró que la petrolera no formaría parte de ninguna operación.
