Selu Figuereo (Cádiz, 1970), alma y líder de El Barrio , se toma unas vacaciones: no sacará discos ni saldrá de gira hasta 2015, pero sus fans sevillanos tienen antes una oportunidad de verlo: esta sábado, 22.00 horas, Palacio de los Deportes San Pablo. "Será un buen espectáculo audiovisual, presentaremos el nuevo disco y repasaremos también cositas antiguas, porque este público para mí es siempre especial", afirma el cantante, que ha logrado cerrar 45 fechas en este tour.
Las causas de su adiós provisional ya las ha explicado: "Necesito oxigenarme, descansar un poco y estudiar las nuevas tendencias de la música. Vengo de veinte años en la carretera y me apetece descubrirme un poco", asegura Figuereo.
No obstante, el gaditano reconoce que la crisis también se ha hecho notar en los últimos tiempos: "Si hay quien no tiene para llenar la nevera, ¿cómo va a tener para un concierto? Y el 21 por ciento de IVA ha sido mortal, la puntilla para quienes vivimos de la música. Si el empresario no mete a gente y además tiene que pagar esos impuestos, apaga y vámonos", lamenta.
Lo dice quien ha llenado estadios con su peculiar fusión de flamenco, ritmos latinos, rock andaluz, balada y canción de autor, y que sigue sin quejarse del todo porque aún es capaz de colgar carteles de No hay billetes allí donde va. "Este año hemos tenido menos galas, pero el balance es positivo", admite. "En cuanto al balance que hago de estos años, sólo puedo decir que han sido maravillosos, pese a que en mis principios no tuve mucho apoyo. Por suerte, funcionó el boca a boca, y gracias a eso aquí estamos todavía", agrega.
Desde que debutara con Yo sueno flamenco, El Barrio ha editado una docena de discos contando directos y recopilatorios, con éxitos como La fuente del deseo, Ángel malherido, El coco o Pa Madrid, pero el primer Disco de Oro no llegó hasta la quinta entrega, Me voy al mundo. Entre disco y disco, un ánimo renovador del flamenco -la música donde se inició Figuereo como guitarrista- que no todo el mundo entendió: "No soy nadie para desvirtuar los cantes, sólo soy creador en la fusión. Los puristas no sé qué pensarán. Yo los respeto".
Ahora toca, según sus palabras, "cambiar el chip y volverme un poco gaditano, es decir, no imponerme un ritmo concreto de trabajo, sino escribir sólo cuando venga la inspiración", subraya. "Todo lo que suene bien y entre al oído será bienvenido, ahora me interesa conocer la opinión de la calle y adivinar de qué manera se va a mover la industria".
Pero Selu no está solo: tiene detrás un imponente batallón de músicos que viven de El Barrio como de una empresa más. ¿Qué le han dicho? "Que me vaya al carajo", ríe Figuereo, "pero en el fondo me respetan y ven como yo que hace falta parar. Saben moverse y se buscan sus cosas, cualquier día nos encontramos en una isla de supervivientes", añade.
Si no ha conquistado América, opina, es por su miedo a volar -"si no fuera por los aviones, no habría salido Obama", presume-, pero le basta con haber puesto a sus pies todas las grandes capitales españolas. Trabajo y tiempo le ha costado, pero lo da por bueno: "Cuando consigues lo que quieres, te sabe mejor el triunfo", asegura el artista.
