Dicho y hecho. Las subidas de impuestos para los hidrocarburos y el tabaco aprobadas el pasado viernes por el Consejo de Ministros entraron ayer en vigor. El Gobierno la justifica: el petróleo está barato y la gasolina vale menos que en otros países europeos, a la vez que se contribuirá a reducir el número de fumadores.
Tras su publicación ayer en el BOE, el aumento de la carga fiscal para los carburantes y el tabaco es ya una realidad. Bolsillo de los consumidores mermado en plena crisis económica, más recaudación para el Estado.
En el caso del tabaco, la subida de impuestos se concreta en un aumento del tipo impositivo específico, que pasa de 8,2 a 10,2 euros por mil cigarrillos, y del impuesto mínimo, que escala desde los 21,3 euros hasta los 91,3 euros por mil cigarrillos.
De esta forma, la marca más vendida de tabaco pasa de 3,10 euros por cajetilla a 3,29 euros, según la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía, Elena Salgado. Para frenar lo que Salgado llamó el "importante" consumo de picadura de liar como producto sustitutivo de los cigarrillos, el Ejecutivo fija un impuesto específico de 6 euros por kilo y otro mínimo de 50 euros por kilo.
El Gobierno justifica la subida desde una doble perspectiva: la recaudatoria, ya que los impuestos sobre el tabaco suponen una relevante fuente de ingresos, y la sanitaria, porque con la subida de precio se reducirá el consumo de tabaco, especialmente entre los más jóvenes.
En cuanto a la imposición de los hidrocarburos, cuya subida se fija en 2,9 céntimos por litro de carburante, además de ser una fuente significativa de ingresos para las haciendas territoriales, puede también constituirse en un instrumento al servicio de la política de protección al medio ambiente, comentó Salgado.
Según la norma aparecida en el BOE, "parece aconsejable" que se suban los tipos impositivos para los productos cuyo consumo está más extendido y que, por tanto, provocan más emisiones de gases de efecto invernadero, lo que se concreta en aumentos fiscales para las gasolinas y los gasóleos para automoción de 29 euros por cada mil litros.
Para el ministro de Industria, Miguel Sebastián, el incremento fiscal de los hidrocarburos ha sido adoptado por el Gobierno "en un momento en el que el precio del petróleo es relativamente barato, por lo que su impacto sobre los consumidores será menor". En cambio, nada dijo del repunte de los carburantes en lo que va de año (un 25%). Recordó que el alza impositiva no afecta a los hidrocarburos de usos profesionales (industrial, agrario y biocombustibles).
Por su parte, el ministro de Fomento, José Blanco, explicó que "no se trata de incrementos [de los impuestos], sino de actualizaciones, y se actualizan en el momento adecuado".
"España es el país de la Unión Europea con los impuestos más bajos sobre gasolinas y tabacos", indicó Blanco, para quien esa "actualización" frenará el consumo de cigarrillos.
