Aunque la llaman La Camarona, desde hace unos años habla más de la Niña de los Peines que del genio de la Isla. Tiene influencias de Camarón, de eso no hay duda, pero no es una copista de José Monge Cruz. En realidad no copia a nadie, su manera de cantar se aleja del disfraz descarado y lo mismo encuentras en su estilo dejos de Pastora Pavón y Rosalía de Triana, que de Valderrama, al que considera su verdadero maestro. “Aprendí mucho de él. Soy estudiosa y aprendo de los que me gustan, como todos. Pastora y Rosalía me gustan con locura”, dice la artista.
Tampoco imita a Remedios Amaya, como también se ha escrito: comenzó a cantar una docena de años antes de que lo hiciera la artista sevillana. Sin embargo, Susana Amador, alicantina de cuna, empezó de bailaora y dicen que bordaba en oro fino la soleá y que iban a verla los gachés a las Cuevas de Nemesio, con la misma devoción con la que cincuenta años antes iban a ver a Pastora Imperio triunfar en el Trianón madrileño.
No es tan alta como la hija de La Mejorana, pero en ojos y hechuras le podría haber hablado de tú a tú. Se sintió llamada por el cante y es su vida; se siente cantaora por encima de todo, le gusta el cante por derecho y, como hay que hacer de todo, se lanzó también a la aventura del cante acancionado, más comercial. “Ahora tengo un nuevo proyecto discográfico, pero no puedo adelantarte nada, guapo, porque no está nada concretado. No es buen momento, pero hace falta un disco”, asegura.
Se ha metido muchas veces en un estudio para grabar, pero prefiere el escenario. Susana es temperamental y necesita el público para encontrar el estado de ánimo adecuado, lo que llamamos duende. Es capaz de maravillar en los palos festeros y de embelesar en los aires de levante, que le encantan. Y como todo lo hace con arte, con gracia y buen gusto, estamos, sin duda, ante una cantaora interesante. “Yo lo canto todo. Esta noche haré temporeras, seguiriyas, malagueñas con rondeñas, soleá, vidalitas, tangos y bulerías. Más lo que se encarte…”, dice con gracia.
Es una lástima que no ocupe el sitio que merece tan buena artista, siendo ignorada en muchos festivales. “Presenté un proyecto para la Bienal y no me lo han aceptado, como siempre. No se me hace justicia, pero ya estoy acostumbrada”, comenta con resignación Susana Amador.
La Susi cantará hoy (21.00) en el Centro Cultural Cajasol, en el ciclo Jueves Flamencos, con dos estupendos guitarristas, Alfredo Lagos y José Luis Rodríguez, y con las palmas de su hija Mercedes, La Marquesita y Pilar Carmona.
