Local

La taberna del héroe

Nuevo local en San Juan de la Palma, un sitio acogedor
para comer bien, tomar una buena cerveza o ver un partido con unos tragos largos.

el 24 jun 2011 / 09:50 h.

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Federico Zabotinsky, uno de los propietarios, tras la barra de Viriato gastrobar.

Federico Zabotinsky tiene unos ojos claros y vivos, cuerpo inquieto, se ve que no para, de moverse y de pensar, de crear el bar que tenía en mente este argentino de ascendencia polaca. Él y su socio, Juan Morales, ambos con formación de hostelería, antiguos compañeros en el Merchant de la calle Canalejas y del pub irlandés toman el espíritu: todo el día abierto, buena comida, buena bebida, ambiente desenfadado.

El marco: Viriato gastrobar (c/ Viriato, 7) , un local que evoca edificios industriales de principios del siglo XX, madera y ladrillo visto, conducciones de aire a la vista y hasta siete tonos de gris, el color de Pekín. Les gustaba ese local, antigua tienda de bicicletas, hasta que un día, cosas de la vida, el cartel de se alquila les cambió la vida, el trato fue rápido, todo está claro cuando uno sabe lo que quiere.

De los fogones se encargan el colombiano Juan Pablo Hernández, que viene de Zelai, y el alto Antonio, de la Taberna del Alabardero, aunque los cuatro participan de la creatividad del local. La tapas, entre 3,50 y 7,50 euros, se anuncian en pizarritas, todas las semanas se crea un plato nuevo y todos van cambiando, aunque algunos van triunfando como clásicos de este bar de corta vida, como el magret de pato con chutney de pera con arandino y canela en rama (4,00/7,00 euros).

Probamos el ceviche de perca de finísima textura, refrescante y con un toque picante que lo hace vibrar; el arroz negro con chipirones coronado como yuca frita, que mejora con un toque de salsa alioli de la casa; los chocos caramelizados, a la plancha, con una base de cebolla glaseada y mostaza antigua.

Nos saltamos el amor que le tenemos al vino y acompañamos las viandas con una buena cerveza de trigo Paulaner, de barril, también tienen grifo de la belga Maes y de la negra irlandesa Guinnes, además de la local Cruzcampo, una novedad refrescante en las barras de los bares sevillanos.

Pero no por ello carecen de vinos, actualmente sólo tres, por aquello de que ya aprieta el calor, pero prepararán una carta más nutrida para septiembre, por ahora puede copearse un riojano Loriñón (2,50/15,00 euros), Figuero (2,50/15,00 euros) de Ribera de Duero y un blanco verdejo, Sanz (2,50/10,00 euros) de Rueda, vinos un tanto ramplones que no están a la altura de la buena cocina que sale por la gran ventana que nos deja ver cómo laboran los chefs en los fuegos.

Volviendo al condumio, citar las ensaladas (4,00 euros), de langostinos crujientes o la famosa César. Y las muy económicas patatas (2,00 euros), con las que se puede elegir salsa: alioli, bravas y provenzal. Los postres son caseros y de buen precio (3,00 euros), parfait de chocolate y sorbete de fresa.

Todas las semanas ofrecen una oferta, hace poco arrasó el mojito y la caipirinha a 2,50 euros, luego dos botellas de 1/3 de Maes y patatas con salsa por 5,00 euros.

Lo que decía al principio, gente inquieta. Se les puede seguir por facebook: http://es-es.facebook.com/viriato.gastrobar , pero lo mejor es ir allí y conocerlo. Tienen una gran pantalla, que se oculta cuando no se usa, donde retransmiten acontecimientos deportivos, cuando no igual suena por los altavoces Mick Jagger.

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