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“La Tauromaquia tiene que ser interesante, sostenible y asequible”

Carlos Núñez, presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, analiza la situación de la Tauromaquia en el nuevo escenario dibujado por la ley surgida de la ILP

el 30 nov 2013 / 22:13 h.

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15320167Carlos Núñez analiza la situación de la Tauromaquia en el nuevo escenario dibujado por la ley surgida de la ILP (Iniciativa Legislativa Popular) que persigue blindar jurídica y políticamente un mundillo que acusa con fuerza el clima de recesión económica que atraviesa el país; el ataque de los antitaurinos y las propias taras de un espectáculo que, pese a todo, sigue ocupando el segundo lugar en las preferencias del gran público. –La definitiva unión de los tres estamentos de la Fiesta se está haciendo esperar... –Nunca fue fácil por la propia idiosincrasia artística que nos condiciona. Todos nos considerábamos artistas mucho antes de que la Tauromaquia fuera incluida dentro de Cultura. Las circunstancias políticas y económicas de los últimos años han hecho que la gente que tiene o tenemos inquietud por el futuro de la Tauromaquia y su defensa y promoción nos hayamos puesto a trabajar. No es fácil y sí es complicado, lento y opaco. –Y en ese lento proceso, ¿el papel de la Mesa del Toro sigue siendo válido? –La Mesa del Toro tuvo un papel muy interesante en su momento porque abanderaba la respuesta del sector a circunstancias especiales como era la posibilidad de que Bruselas llegara a prohibir la Tauromaquia en su totalidad. De ahí surgió ese germen pero tal y como ocurrió en el pasado con la CAPT, a los estamentos del toreo les costó dejar atrás los problemas particulares. Si los aparcamos podremos combatir a los enemigos de la Tauromaquia, la galopante destaurinización de una sociedad alejada del medio rural y promover la difusión del espectáculo en los medios sin olvidar que éste tiene que seguir siendo interesante, atractivo y asequible. –Se han ganado batallas. La ILP taurina ya tiene rango de ley. –Hay que agradecer que el PP ha cumplido su compromiso. Interpuso un recurso de inconstitucionalidad contra las medidas aprobadas en el Parlamento de Cataluña. Queda saber si el Constitucional falla a favor, lo que supondría una mayor solidez de la defensa de la Tauromaquia. Ése sería el mejor escenario que podríamos diseñar para garantizar el futuro. –¿Esa sentencia del Constitucional es imprescindible? –Es necesaria para cortar intentos abolicionistas en otras comunidades aunque, tal y como ha pasado en San Sebastián, se pueden saltar las normas y usar otros artificios legales aunque tenemos que recordar que se estarían vulnerando derechos constitucionales. –Dolerían algunas tibiezas en la votación de esa ILP –Más nos habría dolido que el PSOE hubiera votado en contra. Estuvo a punto de hacerlo pero se habrían puesto en contra a su propia gente en las zonas más taurinas de España, que son en las que obtienen más votos. Al final se abstuvieron en el Congreso pero lo contrario habría sido una puñalada traicionera a la cultura de la Tauromaquia, no sólo ignorando lo que opinan sus votantes sino haciendo muy difícil nuestra defensa si el segundo partido del país se mostraba en contra. Pero el pacto de los partidos tiene que extenderse al Parlamento Europeo. –Aunque el momento del campo bravo es dramático... –Todo parte de la locura de la subida de costes de la primera década del siglo XXI a lomos de la alegría y el bienestar de esa sociedad. Tenemos un toro costoso que el mercado no puede absorber, ni siquiera a precio de producción. Eso, en cualquier empresa agropecuaria, lleva a la quiebra. –Hay motivos para el optimismo. La juventud se está moviendo. –Cuando yo era un niño podía hablar de toros en clase con muy pocos pero hoy en día sí hay muchos chicos en el colegio de mis hijos que hablan de toros. Tienen en contra una nueva oferta de ocio pero paralelamente, las redes sociales y la amplitud de la información han hecho un efecto positivo. Los aficionados prácticos o las asociaciones juveniles son razones alentadoras. Hay mucha gente que quiere ir a los toros, aficionados o no, porque les parece un espectáculo atractivo. Gracias a eso se llenan las plazas. No hay academias que den el título de aficionado: el público es heterogéneo. Mucha gente no fue de joven y ahora sí va. –Aficionada o no, la gente sabe muy bien lo que quiere ver. –Es algo que pasa también en la música, en el cine o en el fútbol. La Tauromaquia sigue siendo el segundo espectáculo de masas, lejos del fútbol, sí, pero mucho más del tercero que es el baloncesto. Es tan atractiva que mantiene su nivel a pesar de la lógica bajada de espectáculos por encima de otras ofertas; sin patrocinios ni apoyo mediático. La televisión no nos anuncia pero, a pesar de todo, hubo 12.000 personas para ver a Morante y El Juli en San Miguel. –Podemos sacar algo positivo de la crisis: nos ha enseñado las verdaderas cifras del toreo. –Es verdad. Los empresarios tienen el deber fundamental de atender los pliegos que sean razonables y no cometer la locura de subastarlos, sobre todo en plazas de titularidad pública. Se trata de un ejercicio de seriedad y responsabilidad para hacer una tauromaquia sólida y con futuro. Para ello necesitamos estudiar que es lo que quiere el público, cual es su demanda real. Si Alicante puede soportar tres corridas y una novillada, no se pueden dar más. Es importante que los empresarios vuelvan a ser empresarios de sus plazas, que conozcan su clientela. El tema es dramático en el ámbito de las novilladas: sería fundamental un compromiso de todo el sector para evitar esa bajada drástica. Siempre hubo más novilladas que corridas hasta que ese mercado se invadió por los matadores. Servían para probar las camadas y apostar por el futuro de la cantera. –¿Es tiempo de calidades o de cantidades? –Es el tiempo de lo que el público quiera. La calidad no la determinamos nosotros. La fija la taquilla, como en cualquier otro espectáculo, independientemente de las matizaciones particulares. La gente responde muy bien a los carteles fuertes y muy mal a los que lo son menos. Ahí se complican las cosas y la gente ha perdido la costumbre de ir a las novilladas, entre otras cosas porque tenían acceso a las corridas de mayor categoría. Veo con envidia que algunas ciudades del Sur de Francia han hecho de la corrida de toros un espectáculo integral que dura todo el día. Se trata de ciudades de poco más de 25.000 habitantes, con grandes plazas, que hacen atractivo el espectáculo. –No podemos soslayar el ataque constante de los antitaurinos. –Seguirán atacando con más o menos fuerza. La defensa política y mediática, la adecuada comunicación y una Tauromaquia sostenible son la mejor defensa que podemos construir. Nuestro peor enemigo: el desconocimiento del toreo de un amplio sector de parte de la sociedad española. No hay tanta gente en contra pero sí podemos contar 17 millones de españoles con algún interés o afecto por la Tauromaquia.

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