Hoy tendrá lugar la reunión entre el Gobierno y las televisiones, después de que la semana pasada el Ejecutivo pidiera más responsabilidad a las cadenas en su uso mediático de la violencia doméstica. Miles de personas acuden a los programas para contar su vida, usando la televisión como psicólogo.
La llamada al orden del Gobierno a las televisiones es consecuencia en parte de la discusión social despertada por la muerte de una mujer a manos de su ex pareja, después de que el asesino le pidiera la reconciliación en directo en El diario de Patricia. El miércoles 14 de noviembre, en directo y ante millones de personas, testigos mudos de una romántica escena, Ricardo, un joven alicantino de 30 años, pedía de rodillas a Svetlana que volviera con él.
Cuatro días después, el enamorado acudía al domicilio de su ex compañera y, tras discutir, la apuñalaba en el cuello. el equipo del programa está "destrozado" por lo ocurrido, según fuentes de El diario de Patricia. La polémica surgida en los últimos días en relación con el suceso destacaba preguntas como qué hubiera pasado si no hubieran aparecido en televisión.
Desde que comenzó el programa, hace seis años, más de 20.000 personas han acudido a este programa para contar, sin cobrar y sin pudor, aspectos de su vida más íntima más propios de la consulta del psicólogo.
Penas o miserias.
Pese al caso de Ricardo y Svetlana, hay parejas que afirman que contar su vida en la tele es una experiencia "fantástica". Así lo calificó Asunción C.P, que acudió a El diario de Patricia junto a su actual pareja para demostrarle que le quería "un montón". Además, "así hice ver a su ex mujer nuestra felicidad y que todo el daño que le quiere hacer no sirve de nada", relató, y añadió que "fue una experiencia fantástica".
Asunción relata que su pareja entendió mejor en televisión todo lo que ella siente por él, y les permitió vivir de cerca, durante unas horas, cómo es desde dentro el mundo de la televisión. "Volvería a éste o a cualquier otro programa de este tipo", sentenció. En su entorno, sin embargo, hubo reacciones dispares ante su sorpresiva aparición en televisión. Unos lo entendieron, y otros le reprocharon que pusiera en el escaparate su intimidad. Asunción comprende a las personas que denuncian en televisión situaciones críticas, de malos tratos, violencia, acoso, "porque es una liberación", aunque sabe el riesgo que corren.
Enrique García Huete, psicólogo clínico, cree que a estos programas acuden personas "sin pudor, no en el sentido físico ni sexual, sino de poder contar sus cosas, sus miserias o sus penas delante de una cámara". El deseo de la fama, según él, es otro ingrediente, unido al interés por dar a conocer al entorno más próximo su opinión sobre un conflicto personal que piensa que está siendo manipulado por otra persona.
García Huete, que es además psicólogo del famoso programa de telerrealidad Gran Hermano, considera por otra parte que hablar sin tapujos de los problemas a través de un medio tan potente como la televisión "puede ayudarles a conseguir sus objetivos o recuperar lo que tienen perdido". "A estos programas acude gent normal, que tiene su familia, su trabajo, excepto algunos desarraigados de otros países con pocas redes sociales en España" y problemas de soledad, destaca el psicólogo clínico.
El alto ejecutivo de Boomerang consultado insiste en la misma idea, en el hecho de que la gente decida acudir a este "confesionario público" que son los programas de testimonio "como una única oportunidad para explicarse", para contar su verdad sobre un problema.
