Al menos siete personas murieron ayer y una decena resultaron heridas en los graves disturbios entre el Ejército y vecinos del sur de Beirut que protestaban por los cortes de electricidad y la carestía de la vida al que sufre Líbano. Fuentes policiales habían anunciado anteriormente la muerte de tres personas, entre las cuales se encontraba Yusef Shuker, de 17 años, y de otra persona aún no identificada.
Familiares de Shuker no especificaron si éste se hallaba presente en las manifestaciones, que se han extendido a otros puntos del Líbano, o si resultó abatido por casualidad al pasar por el barrio beirutí de Chyeh. La Policía informó en primer lugar de la muerte de Ahmed Hasan Hamze, responsable del grupo chií Amal en el barrio beirutí de Haj Mohawad, que murió tras recibir un disparo.
La cadena de televisión libanesa LBC dijo que Hamze, de 19 años, murió por una herida de bala proveniente de un francotirador cuando mediaba para calmar la situación. El diputado de Amal, Ali Hassan al Jalil, instó, en nombre de los grupos chiíes Amal y Hizbulá, a que sus partidarios se retiraran de las calles y dejaran el control al Ejército.
DESCONTROL. Sin embargo, según fuentes policiales, los disturbios se propagaron a otros lugares del Líbano y grupos descontrolados quemaron neumáticos y levantaron barricadas en la carretera entre Sidón y Tiro y en la región de Baalbek.
Según manifestó el ministro de Juventud y Deportes libanés, Ahmed Sapsap, "los manifestantes están aprovechando causas socio-económicas para obtener ventajas políticas", en referencia al apoyo de la comunidad chií, mayoritaria en el sur de Beirut, a los partidos de la oposición.
Los incidentes comenzaron sobre las tres de la tarde en el sector de la iglesia Mar Mikhael, en el barrio beirutí de Chyeh, cuando un grupo de jóvenes empezó a quemar neumáticos para cortar el tráfico en protesta por los cortes de electricidad. Los disturbios se habían extendido anoche a la carretera del aeropuerto, que los manifestantes obstruían con neumáticos.