Después de ver cómo sus futbolistas se venían abajo en la segunda parte ante el Real Unión, y no sólo por la superioridad del rival sino por la reprimenda de su propia afición, Antonio Tapia dedicó el martes a instruir a sus hombres contra la presión ambiental. El técnico no entendía la reacción de sus jugadores y éstos, de hecho, tampoco se explican muy bien qué ocurrió el domingo, pero el discurso del entrenador ha hallado acomodo en la plantilla. Que se confirme a la hora de la verdad, con un balón de por medio, está por ver, pero el mensaje es asumido como propio por los profesionales.
"No voy a decir que la grada nos hace estar mejor o peor. Los futbolistas tenemos nuestro estado de ánimo, pero es culpa nuestra, no de la grada. Ellos apoyan siempre al cien por cien y es normal que protesten cuando no damos lo que esperan. Somos nosotros los que tenemos que animarlos", indicó ayer Fernando Vega, que añadió que el equipo ni mucho menos se siente ahogado por la famosa presión: "Yo creo que sí estamos capacitados para asumir la presión. Todos los que estamos aquí sabemos que tenemos que ascender. Todo lo que sea menos será poco".
Una vez asumida la responsabilidad colectiva, el lateral izquierdo no negó que motivarse es más complicado en esta categoría: "Jugamos en campos que no nos gustan, pero debemos saber hacerlo ahí como si fueran el Bernabéu o el Camp Nou. Desde que se bajó todos estamos comprometidos con la causa", sentenció el arahalense, quien recalcó que el trasfondo de todas estas reflexiones, el parón de tres empates consecutivos, no es motivo suficiente para dramatizar. "La situación no es para tirar cohetes pero tampoco para crear una crisis donde no la hay. Ni cuando estamos bien somos los mejores ni cuando no lo estamos hay que hacer de ello un mundo", pidió.
HUBO RELAJACIÓN. En esa línea de honestidad, Fernando Vega también confesó que al Betis le pudo el domingo uno de los enemigos en los que Tapia hizo más hincapié en la charla de anteayer: la relajación. "Es verdad que en las segundas partes no hemos estado finos. El otro día parecía que lo teníamos hecho, pero no debemos relajarnos. Nosotros mismos dimos vida al Irún. Puede ser que bajáramos un poco los brazos creyendo que íbamos a marcar el 2-0, pero si no nos ponemos las pilas y dejamos que el rival se crezca, no nos llevamos la victoria", advirtió.
