Economía

La tierra rompe su racha alcista en Sevilla al irse el ‘dinero fácil’

Se abarató en 2009 tras años de alzas por la presión del ladrillo y las fincas de recreo

el 16 ago 2010 / 19:59 h.

Cigueñas en las parcelas inundadas de los arrozales de las marismas sevillanas.

Por primera vez en al menos una década, los precios de la tierra bajaron en la provincia de Sevilla el año pasado, rompiendo, aunque sólo en parte, esa máxima de que es un valor refugio frente a las incertidumbres económicas y el vaivén de las bolsas y, asimismo, alternativa a la inversión en el negocio inmobiliario.

Los datos suministrados por la Consejería andaluza de Agricultura al Ministerio del ramo para que éste confeccione las estadísticas nacionales constatan tal descenso. Así, si el precio medio por hectárea se situó en la provincia en 19.036 euros en 2008, un año después rondaría los 18.415 euros (descenso estimado del 3,2%), si bien los técnicos sólo realizan los cálculos por cultivos y no el promedio -éste se ha extraído sobre ponderaciones del ejercicio precedente-.

Durante la última década dos fines, al margen del estrictamente agroganadero, habían impulsado la cotización del suelo rústico. Por un lado, la especulación inmobiliaria, que encareció los terrenos más cercanos a núcleos urbanos, con la construcción de viviendas y chalés, y que en ocasiones han cambiado la fisonomía de los pueblos. Por el otro, la adquisición de fincas para actividades de recreo, tanto a pequeña escala -la familia de ciudad que se hace con una parcela y edifica en ella una casa de campo para periodos de descanso- como a lo grande -cortijos y cotos de caza-.

Para determinar si la tierra es o no un valor refugio, el precio se suele comparar con la evolución que hayan tenido la vivienda y las bolsas.

Así, el índice selectivo del mercado bursátil español, el Íbex 35, cosechó el año pasado uno de los mejores años de su historia, tras revalorizarse el 29,8%, porcentaje que le permitía compensar buena parte la debacle del ejercicio precedente (-39,4%).

Mientras, la cotización de la vivienda libre en el conjunto de España bajó en 2009 un 6,25%, con 1.892,3 euros el metro cuadrado, según los datos del Ministerio de Beatriz Corredor, que revelan que se acentuaron las consecuencias del pinchazo inmobiliario surgidas a finales de 2007, siendo el contexto de exceso de oferta y cierre del grifo de la financiación por parte de la banca.

Por tanto, las inversiones en la tierra registraron menos pérdida que las destinadas a la vivienda, y se quedaron muy atrás respecto al despegue bursátil. Eso sí, los suelos rústicos no suelen sufrir fuertes altibajos y a la larga, según explican fuentes de las empresas de transacción de bienes, constituyen un valor seguro.

No en vano, en su informe, los técnicos de la Consejería señalan que la serie histórica de Sevilla muestra "cierta estabilidad aunque con una ligera tendencia alcista". Es más, incluso si se descuenta la inflación, invertir en terrenos agroganaderos siguió siendo rentable a lo largo de la década, aunque en 2009 su abaratamiento resultara muy superior al IPC de cierre del año (un -3,2% frente al 0,8%).

De regreso a las estadísticas de la Junta de Andalucía, no revelan homogeneidad, sino significativas diferencias, en la evolución de los distintos cultivos, incluso con sonoras revalorizaciones en algunos de ellos.

Así, contrastó la bajada del olivar para producción de aceite de oliva -del 11,1% en el caso del regadío y del 14,2% para el secano- y de los pastizales -del 17,1%- con el encarecimiento del arroz (en un 10,6%) y el frutal de regadío (un 5,5%). Las claves: la crisis que soporta la industria oleícola, el final de la sequía en los arrozales y su atractivo para ubicar plantas solares en ellos, el menor interés de los pastos para la ganadería y los mercados internacionales para la fruta de hueso -por ejemplo, los melocotones-.

El informe no ofrece tampoco una media para la hectárea agraria andaluza, aunque, a tenor del signo menos que prima en todas sus provincias -las principales bajadas, en Huelva-, el recorte rondaría el 6%, hasta 21.000 euros.

Por cultivos.

El precio de la hectárea de labor en secano se situó en 15.661 euros, tras encarecerse un 0,3%. Sevilla y Cádiz (+3,9%) fueron las únicas provincias con subida.

La cotización de la hectárea de labor en regadío fue de 22.167 euros, tras registrar un abaratamiento del 9,9%. En el resto de provincias también bajó, salvo en Cádiz (+5,9).

La hectárea de arroz se revalorizó un 10,6%, hasta los 29.509 euros. Se trata del aumento de precios más elevado para la agricultura sevillana durante el año pasado.

Después de descender su precio un 6,7%, la hectárea de plantación de naranjo en regadío se ubicó en los 41.632 euros. Se trata de la tierra más cara en la provincia.

El frutal de hueso en regadío vio cómo su hectárea aumentaba de valor un 5,5% el año pasado, con 40.952 euros. Es el segundo precio más alto en Sevilla.

Se revalorizó cuatro décimas la hectárea de olivar para aceituna de mesa, con un precio medio de 20.110 euros, frente al descenso habido en el olivar de almazara.

28.480 euros fue la media por hectárea del olivar de mesa en tierras de regadío, cuyo abaratamiento, del 5,1%, contrastó con la subida del ubicado en terrenos de secano.

Severa caída del olivar de almazara en secano, un 14,2%, hasta los 20.119 euros por hectárea. En todas las provincias andaluzas se registraron descensos de precios.

Al igual que en el caso del secano, el olivar de regadío para producir aceite de oliva sufrió un severo recorte, del 11,1%, hasta 15.661 euros la hectárea. Crisis en el sector.

La hectárea de pastizal es la más barata del campo sevillano. Costaba el año pasado 7.452 euros, tras apuntarse el descenso más severo de todos, un -17,1%.

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