La Torre Mocha de Albaida del Aljarafe se va a convertir en el gran mirador de la comarca, tras la restauración y puesta en valor a la que va a ser sometida a través del Plan Turístico Aljarafe Interior. Las obras, ya en marcha, dotarán a este monumento de un prismático en su parte superior, con el que se podrá contemplar la cornisa desde un punto de vista único y singular.
La intervención incluye además la mejora de la accesibilidad, con la creación de una escalera de madera portátil, el cambio de la barandilla de la cubierta por otra de menos impacto visual, y la limpieza del interior y del exterior, así como el arreglo de la carpintería del edificio.
El objetivo es también crear un espacio alrededor para diferentes usos culturales y turísticos por lo que se instalarán luminarias bajas, empotradas en el suelo, con proyectores para iluminar la torre. El acceso al tráfico rodado a la plaza que rodea al monumento será restringido mediante bolardos automatizados.
Pese a que su origen no está definido -para algunos historiadores es árabe y para otros fue construida por el infante Don Fadrique en el siglo XIII-la Torre Mocha es el símbolo de este pueblo. Se halla sobre un cerro desde donde se puede contemplar la llanura por donde corre el río Guadiamar, es de planta rectangular y tiene 8,30 metros de altura. La obra es de hormigón y cuenta con una puerta en la fachada principal que está situada a más de tres metros sobre el suelo.
En el interior cuenta con varios pasillos y diferentes bóvedas y arcos que hacen atractiva la visita, y bastante curiosa. En 1877, siendo alcalde de este pueblo del Aljarafe Francisco Fraile, el escudo de la población fue sustituido por el de "una torre que hay en esta villa, edificada por el infante Alfadrique".
