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La transición impasible del PP-A

Frente al eufórico relevo en el PSOE, los populares inician esta semana la sucesión. Sanz parte como favorito con el reto de recuperar músculo de cara a las elecciones

el 24 nov 2013 / 21:59 h.

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PP EXIGE A GRIÑÁN Y VALDERAS QUE PIDAN PERDÓN POR LA IMAGEN DADA EN ANDALUCÍADespués de año y medio de interinidad inexplicable, viendo cómo el PSOE-A se recomponía cómodamente de la catástrofe electoral de 2012, cómo los socialistas se reinventaban desde la izquierda y cómo emergía la figura imparable de Susana Díaz, esta semana el PP-A pondrá en marcha un proceso de transición tranquila que, en un mes, culminará con la elección de un nuevo presidente del partido y candidato a las autonómicas de 2016. Casi con toda seguridad, la persona que ocupe el sillón de Juan Ignacio Zoido será quien se ha sentado a su derecha los últimos 18 meses: el secretario general que más poder orgánico ha atesorado en la historia reciente del PP-A y, a la sazón, alcalde de Tomares. José Luis Sanz (Sevilla, 1968), economista, casado y con dos hijos, aspira a liderar un nuevo PP en Andalucía y tiene varios retos nada sencillos por delante: el más elemental es conservar o aumentar el peso electoral que logró Javier Arenas en marzo de 2012, convirtiéndose por primera vez en el partido más votado en la comunidad, pero sin escaños suficientes para gobernar. Las encuestas dicen que esa histórica ventaja empezó a menguar en el mismo momento en el que los populares volvieron a sentarse en la bancada de la oposición, y desde entonces se ha ido despeñando día a día, mientras el partido jugaba al despiste sobre el futuro candidato a las autonómicas. El segundo reto de Sanz, más en clave interna, tampoco será sencillo: tendrá que apuntalar una verdadera transición generacional en el seno del PP-A o, dicho de forma menos prosaica, deberá inaugurar oficialmente y de una vez por todas el posarenismo. Matar al padre, que dirían los freudianos, algo que Zoido ni ha intentado ni ha pretendido. El salto hacia adelante que debe afrontar Sanz –para que este relevo no sea una transición hacia la nada– es parecido al que Díaz acaba de dar respecto a sus padres políticos, José Antonio Griñán y Manuel Chaves. Con la salvedad de que el PP no ha exteriorizado la autocrítica de los errores y la derrota, como está haciendo Díaz a los cuatro vientos. Los populares, desde la bancada de la oposición, insisten en que ellos ganaron las elecciones, una evidencia insana que no les ha movido de la butaca en año y medio. Son más débiles que entonces porque su labor de oposición ha sido infinitamente más débil que antes del 25-M, probablemente porque en este tiempo avanzaron sin timonel ni rumbo. “Ha llegado el momento de que venga otra persona que coja el rumbo, y entre todos designaremos al mejor candidato, que será el mejor presidente a fin de llevar al PP-A a hacer una campaña, ganar las elecciones y gobernar”, dijo ayer Zoido, como parte de su larga despedida por capítulos. Sanz no contará con el beneplácito de Arenas para romper con el pasado, pero sí con la inestimable ayuda de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal que, a la postre, tiene (con Rajoy) la última palabra sobre la designación. El Comité Ejecutivo Nacional del PP se reúne hoy en la calle Génova (sede del partido) y está previsto abordar el calendario inminente para el congreso extraordinario que elija al sustituto de Zoido. Las agrupaciones de Málaga y Cádiz tampoco respaldan la candidatura del sevillano, creen que representa el polo opuesto a Susana Díaz. El PP malagueño ha intentado postular el nombre de Juan Manuel Moreno, número dos de Ana Mato, pero éste jamás ha dado un paso adelante. Ayer, en una entrevista radiofónica, aclaró que su objetivo “absoluto” es trabajar “en cuerpo y alma” desde el Ministerio de Sanidad “para mejorar la calidad de vida de las personas más vulnerables”. Moreno volvió a destacar los nombres de Sanz, del alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, y la delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo. El PP de Cádiz prefiere un perfil más sólido, más mediático, como la ministra de Empleo, Fátima Báñez, aunque el presidente Mariano Rajoy descartó la semana pasada cualquier cambio dentro de su gabinete. José Luis Sanz se ha postulado entre bambalinas, en Madrid y en Sevilla, pero muchos creen que su designación viene avalada por la inercia, y porque ninguno de los otros supuestos candidatos ha dado realmente un paso adelante. Quienes le conocen aseguran que gana en las distancias cortas, pero ahora se postula para estar permanentemente en primera línea y bajo los focos. Y en ese escenario Sanz parece excesivamente tímido e impasible.

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