Aprovechen estos días de rebequita y nublado porque no serán muchos más. El oasis primaveral que han traído a la ciudad de Sevilla los últimos días de julio ha servido para que los que no han podido escaparse a las playas puedan disfrutar de la ciudad con un clima suave que ayer por la mañana dejó hasta algunas gotas de lluvia para sorpresa de muchos. ¿Quién dijo que este año no habría verano? Que el calor sería menos sofocante. Si se ciñó a este fin de semana lo ha calcado. El desplome del mercurio en la jornada de ayer sábado ofreció una estampa diferente de la ciudad. Paseos a las cuatro de la tarde, veladores llenos con gente tomando el sol y hasta alguna que otra manga larga dejándose ver por la noche en las calles. El ambiente que se respiró era el propio de un día de marzo o abril, cuando las máximas se quedan por debajo de los 30 grados y el sol se convierte en un compañero inseparable, más que en uno insoportable. La previsión que maneja la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) es que para la jornada de hoy domingo se repita el mismo esquema, aunque no se espera ninguna llovizna mañanera como la vivida ayer. Así las máximas seguirán comportándose, pese a que experimentarán una ligera subida de dos grados (30 grados). Las mínimas bajarán hasta los 17, por lo que las noches serán bastante frescas y habrá que echar mano de la sábana y hasta de la colcha. El día amanecerá con bastante nubosidad en el valle del Guadalquivir, que con el paso de las horas se espera que a partir del mediodía irá dando paso a un sol que no parecerá de esta estación. Los primeros cambios comenzarán el lunes. Las temperaturas experimentarán una subida de cuatro grados (34 de máxima) mientras que las mínimas no sufrirán ninguna modificación (17). Pese a todo la sensación térmica se mantendrá y no habrá impresión de tanto calor. Para el martes, las máximas seguirán aumentando cuatro grados más hasta rondar la barrera psicológica de los cuarenta (38). También se dispararán las mínimas, situándose en 19 grados. El calor se mantendrá en Sevilla el resto de semana. Será entonces cuando muchos recuerden estos días en los que pasear a mediodía es un placer casi primaveral y el descanso por las noches no se asocia al aire acondicionado, el ventilador o, en el peor de los casos, el abanico. De nuevo, verano.