Nadie podía imaginar que Eva Gómez, trianera criada en el cuartel de Pagés del Corro, se convertiría en la cara más querida de Chilevisión, cadena de televisión del país andino. La sevillana se marchó por amor y ahora presenta El diario de Eva, una auténtica revolución en la televisión chilena.
"Estudié Periodismo en la Universidad Diego Portales de Santiago. Me matriculé para conocer gente, para buscar un hueco aquí", afirma Eva. Lo que comenzó como una manera de integrarse en un nuevo país, se convirtió en los inicios de una estrella de la televisión. Eva se marchó a Chile en 1995 siguiendo al que por entonces era su marido y comenzó a trabajar como productora de un programa de la cadena en la que ahora triunfa. "Todos me animaban a que me atreviera delante de las cámaras, pero yo no me veía preparada", asegura.
El diario de Eva fue su primera experiencia televisiva. "Me convencieron para presentarme a un casting. Era el primero al que acudía y al final, era para ser conductora del programa. Apostaron por mí cuando no era nadie", cuenta. Seis años después, el espacio es líder de audiencia de Chilevisión. "Creo que la clave de la buena acogida de El diario de Eva es que es un programa que interesa a todos los grupos de edad. Además, fue el primer talk show de la televisión chilena y acá la sociedad es más introvertida que allá, cuesta más sacar ciertos temas a la luz pública", afirma.
Ahora compite con un puñado de programas de testimonios, un formato muy generalizado en Chile: "Empezamos en marzo de 2003. No había ningún otro magacín que hiciera lo mismo". El riesgo valió la pena y El diario de Eva afronta una nueva etapa en la que se centra en el público más joven. Según Eva Gómez, "al principio contábamos historias de todo tipo: parejas que se enfadaban y se reconciliaban en directo, mujeres que sufrían maltrato y buscaban ayuda en el programa. Era el primer espacio televisivo dedicado a la temática social en el país".
Evitar escándalos en un programa de este tipo es complicado. Eva, sin embargo, defiende que su programa está orientado a la familia y tiene una clara vertiente social: "Son historias cotidianas y muchas veces, los invitados se pelean en directo. Hay que tener carácter. Yo me agarro unos cabreos...". Ahora El diario de Eva ha cambiado su horario de emisión (18 horas) -antes era un matinal- y el perfil de sus historias. "Una vez más hemos vuelto a innovar y enfocamos nuestras historias a las tribus urbanas. Los adolescentes protagonizan historias sorprendentes, emotivas y muy divertidas", asegura.
De la realidad a la ficción.
Pese a sus éxitos, la periodista no se ha planteado probar suerte en la pequeña pantalla española: "A veces mi hermana me dice que me ponga en contacto con alguna televisión de allá. Me dice: imagínate, tú presentando un programa de Canal Sur... Nunca me lo he planteado, aunque me encanta España y voy todo lo que puedo para estar con mi familia". Eva no encuentra grandes diferencias entre los programas españoles y chilenos. Según la sevillana, "los formatos se están homogeneizando. Las series y los realities son los mismos sólo que los nombres son otros: Cantando por un sueño, Bailando por un sueño"... "Quizás antes, cuando llegué, la televisión tenía menos calidad, pero ha avanzado muchísimo en los últimos años", afirma.
El diario de Eva, a lo largo de sus seis temporadas, ha contado muchas historias increibles. Por eso, la cadena Chilevisión apostó por ellas para crear una serie de ficción: "Muchas veces la realidad supera cualquier cosa que puedas imaginar. Eso ocurre en el programa y eso es lo que los guionista de Historia de Eva trasladan semanalmente a la producción de ficción. En su cuarto año, es un éxito de público en horario estelar -prime time- ". Pese a que ha recibido numerosas ofertas para pasarse al horario de máxima audiencia, la presentadora sigue apostando por el programa de testimonios que la vio nacer y le ha dado el éxito.
