Menú
Local

La tumba de Drácula: el clásico del cómic de terror

En sus páginas vió la luz Blade, el famoso cazador de vampiros que fue encarnado en el cine por Wesley Snipes. Sin embargo, este título ofrece mucho más a todos aquellos amantes del cómic norteamericano de terror

el 13 ene 2010 / 21:07 h.

TAGS:

El cómic clásico está de moda. Sólo hay que echar un vistazo a las novedades editoriales cada mes para apreciar que, en mayor o menor medida, casi todas las casas de publicación españolas dedican su atención en algún momento del año a reeditar títulos que, o nunca han visto la luz antes en nuestras tierras, o la última vez que la vieron algo llamado Transición ocupaba la atención de todos los españoles.

Y ése es precisamente el caso de La tumba de Drácula, editada por la mítica Vértice a principios de los ochenta, el emblemático título de terror de Marvel fue recogido hace poco más de un lustro en 18 volúmenes por Planeta en su Biblioteca Marvel (con las desventajas de reducción de tamaño que dicha edición conllevó), algo que Panini corrige ahora en una nueva edición tamaño comic-book en la que se puede apreciar en toda su gloria el maravilloso trazo del gran Gene Colan.

Primera serie en obtener cabecera propia, ignorando las estrictas reglas de regulación del Comic Code Authority (algún día contaremos la historia de cómo surgió el mecanismo de censura para los cómics americanos), la serie fue un éxito casi inmediato, poniendo de relieve las ansias de los lectores por disfrutar de propuestas más adultas  que las que se publicaban en las series emblema de la compañía.

Y razones no faltaron para ello: La tumba de Drácula es, fuera de toda duda, uno de los mejores títulos de terror que se editaron por aquella época en suelo yanqui, gracias por una parte al trabajo de sus guionistas y, por la otra, qué duda cabe, al que le aportó su identificable aspecto visual. De entre los primeros, con nombres como Gerry Conway o Archie Goodwin (dos auténticos pesos pesados en el mundo del cómic americano) el que realmente configuró la serie tal y como ha llegado a nuestros días fue Marv Wolfman que, pletórico de ideas, supo aunar la tradición de la novela de Stoker y sus muchas adptaciones al cine con un lenguaje propio del cómic de la época.

En cuanto a Colan se refiere, poco se puede afirmar del dibujante que no vaya encaminado a encumbrarlo como uno de los mejores y más personales artistas que ha dado el noveno arte, algo que las páginas de este volumen no hacen sino poner de relieve una y otra vez, mostrando la soberbia capacidad que tenía (y mantiene) para definir luces y sombras con pocos trazos, cuajando en el proceso el que, sin duda alguna, ha sido y será su mejor y más reconocido trabajo.

  • 1