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La turbidez del río se puede deber a la obra del Metro y a las mareas

La excesiva turbidez que sufre el Guadalquivir podría deberse a las obras del Metro. Los técnicos de Fomento que analizan el río sostienen que la arena dejada tras la construcción del puente de San Juan puede estar obstaculizando su curso.

el 15 sep 2009 / 11:10 h.

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C. Rengel / N. Jiménez

La excesiva turbidez que sufre el Guadalquivir podría deberse a las obras del Metro. Los técnicos de Fomento que analizan el río sostienen que la arena dejada tras la construcción del puente de San Juan puede estar obstaculizando su curso. Por ahora es una hipótesis, junto a la influencia de las mareas, el viento y los dragados.

Los técnicos del Cedex (Centro de Estudios de Experimentación de Obras Públicas), dependiente del Ministerio de Fomento, expusieron ayer en la reunión de la mesa de seguimiento del río que una de las posibles explicaciones a los elevados niveles de barro y partículas -el doble de lo habitual- es que la obra de la línea 1 del Metro haya dejado residuos que afectan al normal discurrir del Guadalquivir. Como desveló ayer Pedro Parias, presidente de la Asociación de Regantes de Andalucía (Feragua), presente en la reunión, los especialistas afirmaron que la "única modificación de peso" que ha sufrido el lecho del río en los últimos tiempos es la provocada por la obra del puente de San Juan, que comunicará el Aljarafe con Sevilla por metro. Dichos trabajos obligaron a llevar mucha arena al río que, supuestamente, no se habría retirado convenientemente. "Los técnicos nos dicen que aunque no se ve, hay una especie de obstáculo cerrado que hace que el desfile del río se acumule, porque no se ha quitado toda la tierra. Eso podría explicar el exceso de turbidez de las aguas", que se viene detectando desde principios de año, relata Parias.

Tanto Julián Borja, presidente de la Federación de Arroceros de Sevilla, como varios técnicos presentes en la reunión confirmaron que esta hipótesis es una de las que se bajaran, posiblemente la más llamativa, pero no la única. Así, también se plantea la posibilidad de que ese agua turbia se deba a la actuación de fuertes vientos de levante, que provocan fuertes mareas interiores que habrían removido el río y dejado en él, además, más sal de lo normal, lo que supone un veneno para los cultivos de arroz -los productores ya hablan de 18 millones de euros de pérdidas en esta campaña-. Ésa es la explicación por la que apuestan los técnicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que elaboran mediciones complementarias y que, según Borja, "puede perfectamente sumarse a la hipótesis del Metro, porque el cambio del río ha sido tan brusco que admite varios motivos". El Cedex prometió que en los próximos días contactará con la UTE del Metro para que comience a eliminar lodo del puente, al menos como medida preventiva.

La respuesta. Tras conocer la hipótesis de Fomento, fuentes de Ferrocarriles Andaluces, dependiente de la Junta de Andalucía, aseguraron que el Cedex les ha informado de que su estudio no es concluyente, que la obra del Metro puede ser una causa más de la turbidez de las aguas y que, por tanto, no son, en el peor de los casos, los únicos responsables de dicho problema. "Puede ser una concatenación de circunstancias", apuntaron. Por ahora, el Cedex no ha solicitado información al Metro, cuyos responsables están a la espera del informe final por si éste incluye alguna instrucción, como sería la limpieza del cauce y la retirada de la tierra que la obra ha podido depositar en el río. No obstante, las fuentes consultadas apuntan que es poco probable que la obra del Metro haya causado daños en el Guadalquivir, puesto que sólo se han construido dos pilares de puente de San Juan de Aznalfarache en el lecho.

A 80 metros del antiguo puente de hierro de San Juan, la infraestructura construida por el Metro tiene 1.400 metros (incluyendo el viaducto), de este modo salva tanto el cauce del río Guadalquivir como el actual trazado de la SE-30, llegando a tener una altura máxima de siete metros. En principio, este puente no estaba previsto en el proyecto de la línea 1 del Metro, pero tuvo que ser añadido en abril de 2005 ante la evidencia de que la estructura del puente de hierro no aguantaría el peso del suburbano.

Para su construcción, se formaron islotes artificiales en el lecho del río en los dos puntos donde se levantaron los dos pilares en el vano del río. Precisamente la tierra empleada para estos trabajos es la que ha podido quedar en el fondo del lecho, impidiendo la circulación del agua y modificando sus características. Según Ferrocarriles Andaluces, es difícil que sólo los efectos de esta obra hayan provocado la turbidez de las aguas río abajo.

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