La cumbre de la UE reafirmó ayer los objetivos comunitarios en la lucha contra el cambio climático pese a la actual crisis financiera y ratificó el compromiso de alcanzar un acuerdo en diciembre sobre las medidas que se tendrán que poner en práctica para lograr dichos objetivos.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se comprometieron en marzo de 2007 a reducir las emisiones de efecto invernadero un 20 por ciento de aquí a 2020, a incrementar hasta el 20 por ciento la cuota de renovables en el mismo plazo y a ahorrar un 20 por ciento de energía. A pesar de la crisis económica y financiera actual, los líderes de la UE ratificaron ayer estos objetivos en la cumbre de Bruselas. En estos momentos, los 27 están discutiendo las medidas para aplicar estos compromisos y han acordado a alcanzar un acuerdo antes de finales de año.
Los mandatarios europeos encargaron además a la presidencia francesa y a la Comisión que durante los próximos meses busquen "soluciones para los países que han manifestado su inquietud", según explicó el presidente francés, Nicolás Sarkozy.
En las últimas semanas, con el agravamiento de la crisis financiera, han surgido dudas sobre la conveniencia de mantener estos objetivos. Así, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, amenazó con vetar estas medidas. Y Polonia, Bulgaria, Estonia, Hungría, Lituania, Rumania y Eslovaquia pactaron una declaración en la que exigían que la lucha contra el cambio climático tuviera en cuenta la necesidad de preservar el crecimiento económico.
"La presidencia francesa ha batallado para no abandonar los objetivos y el calendario del paquete sobre clima y energía", insistió Sarkozy. Explicó que el debate "no fue fácil" y que debió poner en la balanza "todo el peso de Francia", pero dejó claro que el reto del cambio climático "es tan importante que no podemos abandonarlo por la crisis económica". A pesar de ello, "se tendrán en cuenta las necesidades específicas de algunos países".
