Zimbabue atraviesa una crisis política y humanitaria sin precedentes y la comunidad internacional está de acuerdo en que la solución pasa por la expulsión del presidente, Robert Mugabe. Así lo expresaron ayer Javier Solana, el jefe de la diplomacia europea, y Nicolas Sarkozy, presidente de turno de la Unión.
En los últimos días, varios países como el Reino Unido y EEUU han llamado a los países africanos a actuar para forzar un cambio de Gobierno en Zimbabue ante la catástrofe humanitaria que atraviesa el país. La semana pasada, la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, advirtió de que "Mugabe tiene que irse". Ayer, la UE se unió a esta idea y comenzó también a hacer presión para que la sociedad de Zimbabue se levante contra su presidente. Solana aseguró que ha llegado "el momento" de hacer "presión máxima" para forzar la dimisión de Mugabe.
Por su parte, el ministro de Exteriores de Francia -país que este semestre preside la UE-, Bernard Kouchner, aseguró que existe "una urgencia sanitaria" y que "hace falta una intervención internacional, no militar, pero una intervención". En la misma línea, el ministro de Exteriores luxemburgués, Jean Asselborn, consideró que "ha llegado el momento de decir que la situación es insoportable". Su homólogo finlandés, Alexander Stubb, no descartó que la UE añada nuevas sanciones contra el régimen de Mugabe.
El presidente francés y de turno de la Unión Europea (UE), Nicolas Sarkozy, afirmó ayer, por su parte, que el jefe de Estado de Zimbabue debe dejar el poder, en un discurso pronunciado con ocasión del 60 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
