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La Unión espera a Paco de Lucía

Mercé, Galván y Poveda abonan el terreno al maestro, que tocará hoy  en el Festival del Cante de las Minas.

el 09 ago 2010 / 19:56 h.

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El sevillano llevó su ‘Edad de oro’ a La Unión.

Paco de Lucía regresa este martes al Festival del Cante de las Minas , en La Unión, para poner un cierre de lujo a las galas flamencas del certamen coincidiendo con sus Bodas de Oro, y después de aquella mítica actuación del guitarrista hace cinco años en la Maquinista de Levante.

La mejor contribución de Paco de Lucía al flamenco es la de haber conseguido popularizarlo e internacionalizarlo, siendo pionero en su apertura a la fusión con otras músicas, como el jazz y la bossa nova.

Maestro de maestros, vuelve a La Unión para el disfrute de los espectadores, que agotaron las entradas hace varias semanas.

Previa a la actuación de Paco de Lucía, el Festival Internacional el Cante de las Minas entregará a Japón el premio Catedral del Cante, que recogerá su embajador en España, Fumiaki Takahashi, por su labor de conservación, promoción y difusión de la cultura y el arte flamenco. Se cierran así las galas flamencas, y a partir del miércoles, comenzarán los Concursos de Cante, Guitarra, Baile e Instrumentista Flamenco, con un total de 143 artistas inscritos para las pruebas selectivas. 33 de ellos irán a las semifinales.

Flamenco de altura. Anoche la guinda a la velada la puso otro artista que se está hinchando de dar recitales en este verano tan plagado de festivales: Miguel Poveda. El catalán fue consagrado con la Lámpara Minera en 1993, el galardón más preciado del flamenco, y anoche regresó a La Unión con su espectáculo Sin Frontera. Hoy, por cierto, se le dedicará una calle con su nombre.

La noche del domingo tuvo a otros dos genios del duende: el cantaor jerezano José Mercé y el bailaor sevillano, heterodoxo donde los haya, Israel Galván.

El público de la emblemática catedral del cante dictó sentencia tras ver bailar al sevillano, que presentó su espectáculo La edad de oro, reconociendo que Galván es flamenco en estado puro, ése que rompe y rasga el alma.
Su baile se compone de un lenguaje expresivo propio, dominando sus movimientos una emoción y sensibilidad que cautivó al público presente como ya lo hiciera aquel lejano 1996 en que conquistó el Trofeo Desplante del festival.

Tras su baile, llegó el momento del cante con Mercé. El jerezano pisaba el escenario del certamen por quinta vez en una década, por lo que es de sobra conocido y reconocido por el respetable. Deleitó interpretando sus temas más conocidos, como Al alba y Aire, cantados a coro con un auditorio entregado. Finalizó su recital a capella y a pie durante los últimos 15 minutos con bulerías, alegrías y seguiriyas.

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