El grupo de investigación Ingeniería de Residuos del Departamento de Ingeniería Química y Ambiental de la Universidad de Sevilla ha desarrollado en colaboración con el Grupo Ingeniería de Procesos un material utilizable como aislante del fuego, compuesto en un 60% por conchas de moluscos. El hallazgo se empleará fundamentalmente en forma de placas o proyección con manguera de alta presión. También se realizarán con él tabiques o falsos techos encaminados para proteger pasivamente del fuego en el sector de la construcción.
El proyecto tiene su origen en el desaprovechamiento de las conchas de los moluscos, según Carlos Leiva, uno de los investigadores del grupo. "Contactaron con nosotros empresas conserveras de Galicia que tenían un problema para deshacerse de miles de toneladas de conchas de moluscos". A partir de ahora estas empresas reciclarán los desperdicios gracias al impulso de la Consejería de Innovación y Ciencia, que lo tomó como proyecto de excelencia.
Estas conchas, compuestas fundamentalmente por carbonatos de calcio y magnesio, son calcinadas para eliminar la materia orgánica junto al mal olor. A continuación se someten a una molienda y tamizado para la obtención de un granulado que posibilte su mezcla con otros aglomerantes, como el yeso y la fibra.
Según Leiva, la fabricación del invento no supondrá ningún coste adicional además de la materia prima. "Este producto se fabrica de la manera más sencilla y barata posible, para que así la diferencia sea sólo el coste de la materia prima. El proceso de fabricación es el mismo que el de los productos utilizados habitualmente: se mezclan con agua los componentes en una hormigonera, viertes y se deja fraguar".
El material, ya homologado y patentado ha superado con éxito todas las pruebas como garantía de industrialización y competitividad frente a otros productos habituales en el sector. La diferencia respecto a ellos es ecológica, pues reducirá la acumulación de conchas en los vertederos y en el fondo del mar.
Ésta cuestión se enfrentará ahora a un vacío legal, puesto que no se facilita el reciclado como explica Luis Vilches, otro de los investigadores. "En otros países europeos, estos y otros tipos de residuos industriales son considerados por la Administración como subproducto, favoreciendo su reciclado. Además, entendemos que materiales con propiedades físico-químicas similares a las que poseen materias primas usuales en la construcción deberían dejar de ser catalogados como residuos porque tienen connotaciones negativas para el aprovechamiento de los mismos".
