Los alumnos que se matriculen en la Universidad de Sevilla dispondrán de dos plazos para abonar el importe de la matrícula. Como hasta ahora. Finalmente, y según han confirmado fuentes del Vicerrectorado de Estudiantes, el Rectorado ha optado por no ampliarlo después de que la Junta dejara la decisión de ampliar el fraccionamiento en tres o más veces a estudiantes que perdieran la beca en manos de cada universidad, aliviando así en algo la maltrecha economía de los alumnos y sus familias. La Universidad explica que no puede pasar de dos a cuatro plazos, como era su intención, mientras la Junta no liquide la deuda que tiene contraída con ella (190 millones de euros a fecha de junio de este año). Siendo las tasas de matrícula el principal ingreso que tiene, no contar con el mismo en los plazos estipulados agravaría aún más el delicado estado de salud de las arcas universitarias. La Universidad de Sevilla planteó a representantes del Consejo de Alumnos de la Universidad de Sevilla (Cadus) la posibilidad de negociar con entidades financieras líneas de crédito con las que los afectados pudieran hacer frente a los pagos, como ya ha cerrado, por ejemplo, la Universidad de Granada (créditos de 1.000 euros con una comisión de apertura de seis euros y sin más intereses). El Cadus se negó. Uno de sus portavoces explicó ayer que "a priori, aunque parezca una propuesta inofensiva, es el primer paso a la becas-préstamo que ya existen en países como Estados Unidos", y a las que el propio presidente Barack Obama quiere poner freno al calcularse que la deuda de los estudiantes universitarios asciende ya al billón de dólares. "Permitir que se dé este primer paso con la excusa de la crisis es muy peligroso", subrayó. La Universidad de Sevilla aprobó antes de las vacaciones y en Consejo de Gobierno pedir a la Junta de Andalucía que ampliara los plazos en los que poder pagar íntegramente la matrícula. En aquel entonces, en la Hispalense había contabilizados 1.300 estudiantes que no sabían a ciencia cierta si iban a reunir el dinero para hacer frente al segundo y definitivo pago de la matrícula del curso. El no hacerlo supone la anulación de la matrícula y, por tanto, de todo lo hecho hasta entonces. En la Pablo de Olavide, 700 alumnos abandonaron sus clases en medio del curso al llegarles el requerimiento de que debían abonar las tasas correspondientes al segundo plazo. El curso empezará el próximo 23 de septiembre con más de un frente abierto, pero, sobre todo, con una incógnita: ¿cuántos estudiantes serán los que deberán o bien dejar sus estudios o bien ni siquiera empezarlos como consecuencia del endurecimiento de los requisitos impuesto por el ministro José Ignacio Wert? El citado portavoz del Cadus adelanta que los representantes estudiantiles propondrán en la comisión de becas de la Universidad de Sevilla que se potencien las ayudas de carácter propio. El rector Antonio Ramírez de Arellano ya anunció en declaraciones a este periódico que se pondrá en marcha un Plan Propio de ayudas al estudio con el fin de que todas las que haya disponibles estén localizables en un mismo sitio.