El sistema, inspirado en el préstamo de portátiles a los alumnos de nuevo ingreso como ya adelantó este periódico, obligará a que las bicis se sorteen, ya que la comunidad de la Hispalense ronda los 70.000 miembros y se espera que la demanda sea "muy alta", adelantó Rosa Muñoz, directora del Servicio de Atención a la Comunidad Universitaria (SACU), que gestionará el servicio. Para poder optar a una de esas bicicletas (plegables, pintadas de rojo y con el logo de la Universidad), habrá que formalizar la solicitud en http://bicicletas.us.es a partir del próximo 2 de noviembre y hasta el día 15. La elección la realizará "una herramienta de forma aleatoria".
Si alguien renuncia a la bicicleta, el SACU recurrirá a una lista de reserva generada en el sorteo. El SACU reservará también una cantidad simbólica de bicis para alumnos sin recursos y que participan en programas como el de acompañamiento de mayores. Este colectivo estará eximido de pagar la fianza. El reparto en este caso se hará en función de criterios como la distancia que separa a los estudiantes de su centro y del informe que prepare la trabajadora social sobre cuáles son los jóvenes que más necesitan la bicicleta.
El que consiga uno de los vehículos firmará un contrato en el que se compromete a usarlo correctamente. Esto es fundamental, porque "queremos evitar que la bicicleta se quede para la casa del campo", señaló Ricardo Marqués, profesor, responsable de la asociación ciclista A Contramano y autor del informe La bicicleta en la Universidad de Sevilla, que ha servido como base para crear este nuevo servicio de préstamo.
Y ¿cómo se controlará la picaresca de aquellos que intenten hacer negocio con las bicicletas? El vicerrector de Infraestructuras, Antonio Ramírez de Arellano, reconoció que ésta es "inevitable" pero recordó a los miembros de la comunidad universitaria que el mal uso de un bien público (como es el caso de estas bicicletas, que son propiedad de la Hispalense) se considera una falta "muy grave".
pícaros controlados. Marqués explicó que las medidas de control implantadas para evitar fraudes y malos usos son dos fundamentalmente: las bicicletas están registradas, es decir, están matriculadas y su uso será controlado mediante la red de aparcamientos vigilados de la Universidad, en los que para entrar hay que usar la tarjeta universitaria, quedando así registrado el uso del vehículo. Ramírez de Arellano adelantó, por último, que en 2011 se comprarán 200 bicicletas más que se sortearán este curso. La primera remesa que ahora sale a sorteo se le ha comprado a la empresa Biciactiva por un importe de 50.000 euros.
La Universidad de Sevilla enmarca esta actuación en el campus de excelencia internacional Andalucía Tech, donde se prevé fomentar la bici aumentando en un 15% los aparcamientos para ésta y reduciendo en un 10% los de coches.
