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«La universidad tiene controles que hacen muy difícil una gestión fraudulenta»

Laura López de la Cruz, vicepresidenta ejecutiva de Fundaciones de la Olavide.

el 01 feb 2014 / 23:31 h.

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15455382 En pleno debate sobre la gestión que se ha hecho de los fondos públicos destinados a formación y con el ofrecimiento encima de la mesa de la presidenta de la Junta, Susana Díaz, para que las universidades asuman estos cursos de formación sumándose a la política de concertación, Laura López de la Cruz, vicepresidenta ejecutiva de Fundaciones de la Universidad Pablo de Olavide, hace una defensa cerrada de la gestión que se hace del dinero desde las universidades públicas. Esta discípula de una de las voces más autorizadas dentro del campo del Derecho y con más predicamento en la Olavide, de la que fue rectora, la recientemente fallecida Rosario Valpuesta, tiene un mandato claro del actual responsable de la universidad: implicar (léase captar fondos, como repite a modo de mantra todo cargo académico al que se le pone un micrófono a tiro) aún más a las empresas. Las fundaciones están en el punto de mira al haber desempeñado una gestión de los recursos más que discutible. ¿Por qué debe tener la Olavide fundaciones en un contexto, además, de crisis? Nada que ver esas fundaciones a las que usted se refiere con las de las universidades públicas. Contamos con órganos de control que hacen muy difícil una gestión fraudulenta o desvío de fondos. Una vez asegurado ese control, la Fundación es el nexo de unión más eficaz entre la universidad, la empresa y la sociedad. ¿Y cuánto hay de verdad en este discurso de ser nexo de unión? ¿En qué se traduce para alumnos, empresarios y ciudadanos? Toda la política que se desarrolla en la Fundación está orientada a la inserción laboral de los estudiantes y egresados. Desde esta perspectiva, la fundación dispone de tres áreas: Formación Permanente, Prácticas en Empresas y Orientación Profesional e Inserción Laboral, recientemente creada. En concreto, en el curso 2012/2013 ofrecimos 16 master propios, 12 cursos de especialista universitario, 53 cursos de formación especializada, dos cursos de formación in company (para trabajadores de empresas), que por la crisis han bajado, y once actividades formativas específicas. En total, hemos formado a 2.162 personas. Y hemos gestionado un total de 2.303 prácticas en empresas, tanto para alumnos de grado y postgrado, como prácticas para titulados. También hemos creado talleres de empleo, encuentros, programas de inserción laboral, etc., así como una bolsa de empleo que, en 2012/2013 gestionó 200 puestos de trabajo, 59 de los cuales fueron contratos indefinidos. ¿Las empresas responden a la demanda de ayuda económica que se hace desde la fundación? En líneas generales sí. Desde la fundación buscamos que sean cuantos más patronos mejor, porque con ellos nos ahorramos costes. No tienen que ser todos privados, también tenemos instituciones. Las empresas con las que colaboramos para el tema de prácticas no tienen que pagar por las prácticas curriculares de los alumnos, que suman 1.854. En la Universidad de Sevilla fijaron en su normativa de prácticas que no se cerrarían acuerdos de prácticas con empresas que hubieran hecho ERE en los dos años anteriores. ¿Cuáles son las líneas rojas que fija la Olavide? Coincidimos con la Universidad de Sevilla en ese requisito. No firmamos acuerdos de prácticas con empresas que hayan echado a trabajadores en los dos años anteriores a la firma del convenio por motivos económicos. ¿Han detectado irregularidades en las prácticas curriculares? ¡No, no! Lo que sí hemos detectado en los últimos meses es que las empresas tienen problemas de liquidez. Nos deben la cantidad, pequeña, que deben abonar por la gestión administrativa que nosotros hacemos de las prácticas. No son cantidades grandes pero como son tantos alumnos... ¿Cuál es la impronta que le ha marcado el nuevo Rectorado a la política de las Fundaciones? Contención del gasto. En los dos últimos años hemos recortado nuestros gastos a la mitad. Tenemos el mandato de conseguir los ingresos de fuera: más empresas para prácticas remuneradas, más estudiantes para formación de master, etc. Se trata de ajustar los recursos pero sin renunciar a mejorar la calidad en los servicios que se prestan desde la Fundación. ¿Cómo valora el ofrecimiento de la presidenta Susana Díaz a las universidades para que se sumen al modelo de concertación y sean ellas las que gestionen los cursos de formación que tantos dolores de cabeza le están provocando a la Junta con casos como el de UGT? Los ciudadanos pueden estar tranquilos. Los controles están garantizados. Son muchos. Los master online están haciéndose un hueco importante en el mercado. Sin duda, pero hay que mantener la formación presencial. Hay mucha gente parada que, en estos momentos decide estudiar, que se siente más segura con el modelo tradicional de formación. Pero, en cualquier caso, el principal freno a estudiar un master no es que este sea presencial u online. El freno está en las tasas. Si los estudiantes son nacionales, el incremento no ha sido tan elevando porque la Junta apostó por una política que no supusiera un aumento importante. Pero si son extranjeros... En la Olavide, por tradición, atraíamos a muchos estudiantes latinoamericanos. La cifra ahora ha caído estrepitosamente. ¿Y cómo frenar esta sangría? Hay que remodelar nuestros sistemas de calidad para hacer atractivos nuestros master, porque por esas cantidades, si el alumno las tiene, corremos el riesgo de que se decante por un master en otras universidades europeas que cuentan con una larga tradición, como Oxford, Cambridge... ¿La crisis ha hecho más conservadoras a las empresas a la hora de apoyar proyectos en la universidad? Las empresas muestran una gran disposición, aunque son críticos y miran con lupa todo lo que se les presenta. Ello exige un esfuerzo por parte de la Fundación para presentar proyectos de calidad viables económicamente. ¿Qué relación y qué papel juegan los estudiantes ya graduados? ¿Se animan a colaborar con la Universidad? Son usuarios potenciales de nuestra formación posterior a los grados y de prácticas como las denominadas EPES, de inserción laboral. ¿Cuál es el grado de inserción laboral de los estudiantes de la Universidad Pablo de Olavide? El grado de inserción es alto. A título de ejemplo, le puedo indicar que a fecha de 30 de septiembre de 2013, la titulación de Administración y dirección de empresas (ADE) tiene una tasa del 54,3%, Ciencias del trabajo, 73,3%, Ingeniería de informática y Gestión, 59%, Nutrición humana y dietética, 66,6% y Sociología, 77,7%. En el caso de los master, por ejemplo, el de biodiversidad y biología de la conservación tiene una tasa de inserción laboral del 68%, el de Derecho patrimonial privado en el mercado global, un 60%, el de Gerontología, 65,6% y el de rendimiento físico y deportivo, un 65%.

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