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La Vera Cruz tuvo el tiempo de cara para agradar a los nazarenos

La hermandad de la Vera Cruz miraba al cielo dubitativa ayer por la mañana. A ratos clareaba y luego llovía. Un tiempo loco que al final permitió que el Cristo, que se presentó a los nazarenos sin banda de música, saliera a la calle a las 20.00 horas y continuara su penitencia al cierre de esta edición.

el 15 sep 2009 / 02:03 h.

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La hermandad de la Vera Cruz miraba al cielo dubitativa ayer por la mañana. A ratos clareaba y luego llovía. Un tiempo loco que al final permitió que el Cristo, que se presentó a los nazarenos sin banda de música, saliera a la calle a las 20.00 horas y continuara su penitencia al cierre de esta edición.

Sin ningún estreno en el paso del Cristo, la Virgen de los Dolores lució su restauración y el plateo nuevo. Por la mañana, el consejo de hermandades ofreció su ofrenda floral al Cristo.

"Los estrenos son muy caros y algunas hermandades tienen que ahorrar", reconoció el presidente de la corporación, Leoncio Alba, que además alabó la "seriedad" del Cristo de la Vera Cruz al salir sin orquesta. "Es una decisión de un cabildo extraordinario que yo respeto y, además, permite que la procesión tenga un toque religioso por encima del espectáculo", opinó.

En la puerta, se sucedió de nuevo la mezcla de veteranos y nuevos afiliados, como es el caso de Mario, un retoño de 14 meses que su madre, Mari Carmen Romero, de 37 años, quiere que salga el año que viene de nazareno. Ella fue hermana durante muchos años pero abandonó, ya que para salir de nazarena esta corporación "es un poco especial", aseguró. Si bien, Mari Carmen argumentó además que "no estoy ya para salir en la cofradía". Sí lo hacen el abuelo, el tío y el padre del pequeño Mario, que se les unirá el próximo año.

Los verdaderos nuevos estrenos de la Semana Santa nazarena son tres directivas que viven su salida por primera vez desde que fueron elegidos. Se trata de Pedro Luis Carrasco, hermano mayor de la Hermandad Sacramental de Santa María Magdalena; Juan José Rodríguez, de Amor y Sacrificio; y Antonio Díaz, de La Amargura.

Díaz, de 52 años, pertenece desde hace muchos años a la junta de gobierno y durante cuatro años fue teniente hermano mayor de La Amargura. En diciembre asumió la máxima responsabilidad de su corporación. "Las juntas de gobierno deben tener una mezcla de veteranía y juventud", opina el cofrade que argumenta que, de este modo, "por un lado no se estancan en lo mismo y, por otro, mantienen la esencia de su fundación". Para Díaz, "La Amargura tiene dos pilares básicos, la humildad y la ayuda al necesitado, y eso se debe mantener siempre", a la vez que asegura haber aprendido de todas las directivas en las que ha estado en estos años.

Por su parte, Juan José Rodríguez, de 47 años, ya vivió su primera salida el Lunes Santo, cuando, según afirma, "todo el mundo me felicitó por la calle por lo bien que salió la procesión". Además, el nuevo hermano mayor de Amor y Sacrificio señala haber vivido nuevas experiencias, ya que en otros años había sido segundo capataz de los costaleros y éste ha llevado las túnicas de los nazarenos. "Ha sido precioso y me ha dado tiempo a disfrutar más de la procesión y ver mejor las cosas; como capataz debes estar muy concentrado y no te da tiempo a ver nada", relató.

Pedro Luis Carrasco, de 43 años, explica, tras tres meses al frente de la hermandad Sacramental de Santa María Magdalena, que intenta "llevar a la práctica las ideas y las ilusiones que todos tenemos". Si bien, se mostró partidario de que "los nuevos dirigentes nos esforcemos por mantener las cosas positivas y tratar de mejorar con ideas nuevas". "Las hermandades no durarían tantos años si no se renovaran", concluye el cofrade.

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