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La verdad desnuda

Le sorprendería descubrir todo lo que puede contar un lugar vacío y todo cuanto puede verse y sentirse en él. Antes de cerrar durante cinco años para convertirse en Caixafórum, las Atarazanas quieren decirle algo.

el 02 may 2010 / 16:28 h.

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¿Ve usted todos esos ladrillitos y todos esos grandes arcos ojivales, aparentemente olvidados y con aspecto de orfandad? Pues este edificio, al que es probable que no haya ido en su vida, fue una de las construcciones más importantes no ya de Sevilla, sino del Imperio Español: las Reales Atarazanas. En 2015 no se parecerán mucho a lo que ahora puede ver, cuando, rediseñadas y convertidas en un impresionante Caixafórum, atraigan a visitantes de todo el mundo con sus grandes convocatorias artísticas y culturales. Pero en lo que queda de año, mientras en el estudio de Vázquez Consuegra se afilan los lápices y se pasan a rotring los planos para emprender las obras de lo que será ese futuro salón, la Fundación Museo Atarazanas le ofrece la posibilidad irrepetible de conocer la verdad desnuda del antiguo astillero y almacén mediante unas visitas guiadas literalmente maravillosas.

Maravillosas por extraordinarias (tendrá que aprender a ver lo invisible), por admirables (en ellas descubrirá nuevas razones para honrar y respetar a Sevilla) y por excelsas (ya que el edificio en sí, aun en los huesos, se basta para transmitir la dignidad de su historia y la idea de su monumentalidad). Y también porque será la última vez que los sevillanos podrán verlas tal y como fueron. Estas visitas guiadas son las únicas que hay; no se puede entrar de otra manera. Son los jueves en horario de mañana o tarde y hay que pedir cita previa.  Pero antes de decirle cómo hacerlo, si es que le apetece, ahí va otra razón más: tan importante fue este recinto en la larga etapa colonial española que el próximo otoño, a principios de octubre si todo sale como se espera, será el escenario de una cita vital para los intereses sociales, culturales y económicos de Sevilla: una macroconferencia entre Andalucía y América con la finalidad de que las relaciones futuras entre aquel continente y Europa "pasen todas por Andalucía", según comentó ayer a El Correo el director de la Fundación Atarazanas, José Manuel Núñez de la Fuente. En este encuentro de dos días organizado por la citada institución y la Fundación La Caixa, en el que participarán todas las instituciones y organismos relevantes (instituciones, universidades, academias...), intervendrán ponentes "de muchísimo calado", señala el director Núñez: "Felipe González, Michelle Bachelet, Carlos Fuentes... y muchas otras primerísimas figuras, con Iñaki Gabilondo como moderador." Ahora, vuelva a mirar la foto: ¿siguen pareciéndole ladrillitos y arcos desamparados?

Si pese a todo responde que sí, estaría bien que se apuntara a una visita en el 954 624627. En este recorrido guiado verá que las Atarazanas tenían una gran terraza cuyo suelo era el río, como un inmenso taller fluvial. Por él salían, flamantes, las galeras y los bajeles de la flota castellana, y también por esa lámina ascendían los buques necesitados de reparación. Por aquellos primeros años de existencia, nada más reconquistada Sevilla, costaba imaginar que las necesidades mercantiles y militares que habrían de llegar al final del Medievo dejarían pequeña esa estructura inmensa de 17 naves perpendiculares al río. Por eso cambió su cometido y se adaptó para asumir su nueva función como Almacenes Reales de las mercancías procedentes de América (casi nada) y, ya en el siglo XVIII, sede de la Real Maestranza de Artillería.

Hay tres razones básicas para organizar estas visitas, según dice José Manuel Núñez: la ya referida experiencia de verlas por última vez en toda su desnudez medieval; promover "un acercamiento íntimo y personalizado entre la sociedad civil y uno de los mayores hitos monumentales y paisajísticos de la ciudad"; y, por último, hacer que la gente se implique en la conservación y custodia de su patrimonio histórico: desde las asociaciones de vecinos hasta los profesionales, pasando por estudiantes, artistas... Todos.

A espaldas del Teatro de la Maestranza duerme su sueño este pedazo de historia que recibe al público en vísperas de su metamorfosis. "La idea", dice el director de la Fundación Museo Atarazanas, "es que nadie quede indiferente ante la magia y la hermosura de los que llegaron a ser, según Rodrigo Caro, los astilleros más grandes y suntuosos de todo el Occidente".

De utilidad:
Qué: Visitas guiadas a las Reales Atarazanas de Sevilla.
Dónde: Las Atarazanas están en la calle Temprado, 1, esquina con la calle Dos de Mayo y detrás del Teatro de la Maestranza.
Cuándo: Los jueves, en horario de mañana (11.30) o de tarde (16.30). Durante el resto de la semana, el recinto permanece cerrado, no siendo posibles las visitas.
Cómo: Es preciso inscribirse previamente. Las visitas pueden ser individuales o en grupo. Las personas y colectivos que tengan interés en ir pueden llamar al teléfono de la Fundación Museo Atarazanas (954 624627) o visitar la web de esta institución: www.fundacionmuseoatarazanas.org.
Cuánto: Es gratis.
Por qué: Por su monumentalidad, su importancia histórica y porque pronto cambiará de aspecto. Se construyeron por orden de Alfonso X El Sabio en 1252, cuatro años después de la reconquista de Sevilla, como astilleros, aunque luego fueron almacén. Su nombre, atarazanas, sirve para ambos según el diccionario de la RAE: procede del árabe adar assana: casa de la industria (nave industrial).

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