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La verdadera recta final de Zoido

El líder de la oposición busca mantener el pulso en una campaña que inicia rozando la Alcaldía. El PP ha frenado el triunfalismo de su candidato, que debe conseguir atenuar el impacto positivo de las grandes obras.

el 29 ago 2010 / 18:51 h.

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Juan Ignacio Zoido

El tiempo juega en contra del PP. Tras cuatro años en campaña, encara la recta final con ventaja, según todos los sondeos. El efecto de Juan Ignacio Zoido y su estrategia ha calado hasta tal punto que ha sido uno de los detonantes del terremoto que ha sufrido el socialismo en los últimos meses. Pero han sido los propios populares los que han tenido que frenar el triunfalismo. "Es muy difícil", resumía hace unos días el presidente del PP, José Luis Sanz. Si las elecciones fueran mañana prácticamente todo estaría hecho, pero quedan nueve meses.

Su electorado ya está movilizado, pero resta por ver la capacidad de maniobra que aún tiene Zoido para atraer a votantes ajenos a la órbita del PP. La moderación en sus mensajes y el llamamiento a un cambio tranquilo han sido de momento algunas de sus bazas.

Como ha ocurrido hasta ahora, Zoido deberá situarse casi en solitario en el centro de los focos. Al contrario de lo que ocurre en el caso del PSOE o incluso de IU, el PP carece de otros referentes. Ni en sus agrupaciones ni en un grupo municipal que públicamente ha funcionado a medio gas durante todo el mandato -con varios de los concejales con una dedicación parcial al Ayuntamiento-. Y en su campaña asoman tintes casi personalistas, como aquel mensaje lanzado hace sólo unos meses con el lema ahora o nunca. Si no llega a la Alcaldía dejará la política. Internamente, esta estrategia tiene sus ventajas. Mientras el PSOE se volverá previsiblemente a enzarzar por la confección de las listas, Zoido tendrá manos libres, como ocurrió en 2007.

Zoido debe ahora jugar contra el efecto Avenida de la Constitución o la Alameda. Obras rechazadas expresamente por los populares pero que han tenido un éxito entre los ciudadanos en cuanto han concluido. En los últimos años, el PP casi siempre ha conseguido empañar estos proyectos. Ahora, el listado de iniciativas que está a punto de ver la luz es largo y el PP tiene ante sí el reto de que los errores y los problemas de gestión del Gobierno local pesen más que el resultado final. El PP se podrá así apoyar en ese desgaste ante iniciativas como el cierre del Centro, la Encarnación, Fibes, los pasos inferiores, San Jacinto, el Metrocentro, el sentido único...

Los populares tendrán que poner en valor los peros de proyectos que previsiblemente acabarán teniendo una buena aceptación social. Aunque en el PP anuncien propuestas novedosas, el margen del efecto Zoido es ya reducido. Los populares se podrán apoyar en el trabajo realizado, en los contactos mantenidos con vecinos y en la imagen que su candidato ha conseguido configurar con el trabajo realizado en los últimos años. Con la figura del alcalde ya amortizada, el PP lleva meses tratando de debilitar el pacto de los dos socios de gobierno aprovechando el deterioro de la figura de Antonio Rodrigo Torrijos. Y en él han centrado los populares sus últimas incursiones en el caso Mercasevilla. Zoido tiene nueve meses para luchar contra un pacto que el PP no puede tener. Salvo que el PA o Upyd logren poner fin a su travesía en el desierto, a Zoido sólo le vale la mayoría absoluta.

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