La antigua esclusa fue sustituida en 2011 por una nueva con dimensiones para barcos más grandes. / Antonio Acedo
El Puerto sigue generando noticias gracias a los proyectos que baraja para dar uso a los muchos metros cuadrados baldíos que tiene en la ciudad. La llegada de la nueva presidenta de la Autoridad Portuaria, Carmen Castreño, ha coincidido con la salida a la luz pública del proyecto Sevilla Park, con el que un promotor privado quiere levantar un complejo de ocio con el mayor auditorio multiusos de Europa junto al puente de las Delicias. Y, además, ayer Castreño anunció que hay una empresa interesada en reutilizar la antigua esclusa para el desguace de barcos y la reutilización de materiales de estos buques en la industria siderúrgica.
Castreño explicó a este periódico que tiene sobre la mesa una propuesta empresarial para reutilizar esta infraestructura, sin uso desde 2011, puesto que a finales de 2010 terminó la construcción de la nueva esclusa. Así, el Puerto ha puesto en marcha el trámite «competencias de proyectos», que se publicará en el Boletín Oficial del Estado y recogerá la oferta de 25.000 metros cuadrados para una concesión administrativa para actividades vinculadas al sector siderúrgico.
Una vez publicado, si en el plazo de un mes surgen otras empresas interesadas, el Puerto estará obligado a convocar un concurso público para determinar el adjudicatario de la concesión. Castreño, que avanzó el proyecto a Radio Sevilla, estima que en tres meses se podría hacer efectiva la concesión.
La reutilización de la vieja esclusa para el desguace de barcos (actuaría como un dique seco), además, según Castreño, podría animar a otras empresas para, por ejemplo, instalarse en los terrenos de los antiguos astilleros. «Estamos abiertos a que vengan más empresas, pero por ahora no hay novedades», comentó la presidenta de la Autoridad Portuaria a esta redacción.
La llegada de Tecade, empresa sevillana especialista en puentes metálicos, a los antiguos astilleros supuso una de las mejores noticias para el Puerto en los últimos tiempos, pero el expresidente de la Autoridad Portuaria, Manuel Fernández, aseguró en marzo que esta buena noticia vendría acompañada por otras porque, «en semanas» se iba a autorizar la instalación de más empresas en estos suelos. «Hay varias peticiones, varias empresas interesadas», aseguró Fernández. Sin embargo, un mes después, aún no hay avances. «Si hay solvencia, es decir, carga de trabajo y financiación, se procederá a aprobar la concesión», explicó entonces.
Lo cierto es que el último concurso que la Autoridad Portuaria convocó para explotar los terrenos de los antiguos astilleros quedó desierto, aunque dos empresas presentaron sus ofertas para, después, paradójicamente, no presentarse al concurso. Incluso el secretario general de la Federación de Metal, Construcciones y afines de UGT-A, Manuel Jiménez, denunció que el anterior proyecto que hubo en astilleros fue «el timo del tocomocho». «Lo de Sevilla Shipyard fue un montaje, pues estaba trabajando para un astillero de Galicia, el timo de la estampita», criticó. A su juicio, ahora sí hay un proyecto industrial «muy serio, en una fase muy avanzada y que tiene visos de consolidarse» para reactivar los astilleros sevillanos, por lo que pidió que la Autoridad Portuaria «tenga receptividad a este proyecto». Sin embargo, por ahora hay pocos avances.
El astillero de Sevilla detuvo completamente su actividad el 31 de diciembre de 2011 tras una larga agonía financiera y económica. Arrastraba una deuda de aproximadamente 193 millones de euros, de ahí su cierre tras casi 60 años de actividad y tras haber gozado de volúmenes de producción que, en los años 80, implicaban la contratación de hasta 5.000 personas.
