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"La violencia psicológica puede crear más secuelas que una bofetada"

Entrevista a María Ángeles Carmona, presidenta del observatorio contra la violencia de género.

el 22 mar 2014 / 23:30 h.

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angeles-carmonaMaría Ángeles Carmona acaba de ser nombrada presidenta del Observatorio contra la Violencia de Género y Doméstica del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Esta sevillana ha sido secretaria del Juzgado de Violencia contra la Mujer número 3 de Sevilla hasta 2012, cuando fue nombrada jefa de la Unidad de Coordinación Territorial de Violencia de Género de la Delegación del Gobierno en Andalucía, cargo que compatibiliza con el de vocal del CGPJ. Tras una carrera vinculada a la lucha contra la violencia de género, ¿qué ha supuesto para usted su nombramiento? Es un gran reto y un honor. Le estoy muy agradecida al presidente del Consejo General del Poder Judicial por haber pensado en mí para liderar esta institución. Es el único observatorio de carácter jurídico que tenemos en España y que aglutina a todos los operadores jurídicos que trabajan contra la violencia. ¿Cuáles son sus retos? Muchos y muy ambiciosos. Queremos mucha coordinación y ya en la primera reunión acordamos invitar al Ministerio del Interior a formar parte del Observatorio, pues las fuerzas de seguridad del Estado están en primera línea de batalla y es muy importante que se coordinen con el restos de instituciones. Hay que tejer redes de tal manera que la protección de las víctimas no tenga ningún escape y hay que sensibilizar muchísimo a las mujeres para que sepan que hay respuesta institucional y que ahí estamos muchos operadores para su protección. El haber estado en las trincheras, tratando día a día con las víctimas ¿le da un plus para el cargo? Me da mucha seguridad, porque el haber estado en la primera línea de batalla me hace tener un conocimiento muy cercano de lo que está pasando. He asistido a muchísimas declaraciones de imputados, de víctimas, de testigos; y he visto situaciones terribles de sufrimiento. Eso me da un bagaje muy importante. 16 mujeres muertas a manos de sus parejas en lo que va de año, uno de los peores arranques desde 2006 ¿Qué ocurre? No sabemos por qué en determinadas épocas del año hay un repunte, que luego puede bajar. Habrá que esperar a que termine 2014 para poder comparar con años anteriores y saber las causas. La crisis económica puede estar influyendo, por eso es tan importante que la mujer sepa que hay recursos asistenciales y que hay muchísima respuesta de las instituciones. Tienen que denunciar porque la única manera que tenemos para proteger y para que se pongan en marcha las instituciones es la denuncia. En Andalucía hemos tenido hace poco tres casos en sólo 48 horas. ¿Existe un efecto llamada? Hubo un estudio en 2011 de la Universidad de Granada que tras analizar todos los asesinatos que hubo entre el 2000 y 2010 concluyó que subía mucho el porcentaje cuando se daba la noticia de una muerte por violencia en las 48 horas siguientes. Pero cuando se amplió el estudio a 2011 parece que ese porcentaje bajaba. Los medios hacen una labor importantísima para la visualización de la violencia de género y, de hecho, si el 78% de las mujeres en España conocen el 016 [el teléfono gratuito para denunciar] es gracias a los medios. Su compromiso es clave para que la sociedad esté informada, pero hay que informar bien, de forma profesional. Se habla mucho de maltrato físico y parece que el gran desconocido es el psicológico. ¿Es la asignatura pendiente? La violencia psicológica puede crear secuelas más importantes que las físicas. Ya hay sentencias sobre esto, pero lo que sí es necesario trasladar a la sociedad es que las mujeres sepan que el maltrato es una bofetada, pero también lo es ese hostigamiento continuo de amedrentar, dominar y aislar a la mujer. ¿Hay que implicar más a las administraciones? ¿Faltan medios? No faltan medios. Estamos muy coordinados en esta materia con las comunidades autónomas. Hay que afinar todavía más, porque la coordinación es lo más importante para no dejar nunca a la mujer desprotegida, para no hacer segundas victimizaciones y para que la mujer no tenga que hacer un peregrinaje para conseguir su protección. ¿Y los hijos de las víctimas? ¿Son los grandes olvidados? Un estudio indica que el 80% de las víctimas tienen hijos, y que estos también lo son sólo por ser testigos de situaciones graves, ya que les crea secuelas psicológicos para toda la vida. Tenemos que incidir mucho en la protección de los niños. Desde el año pasado en la Delegación del Gobierno estamos haciendo estadísticas de niños que han sido asesinados por las parejas de sus madres y son considerados víctimas independientemente de ellas. Es un paso muy grande porque por primera vez en los juzgados de Violencia se están llevando investigaciones de asesinatos de menores. Otro de los puntos que ya ha planteado es la reagrupación de partidos judiciales. ¿En qué puede esto beneficiar a la víctima? Se ha hecho un estudio en el Ministerio de Justicia sobre las cargas de trabajo que tienen los juzgados especializados y se ha visto la posibilidad de rentabilizar los efectivos que tenemos y hacer una comarcalización. El motivo es que la víctima esté siempre atendida por un juzgado especializado, y eso no sólo significa que el juez tenga una formación, sino también que hay una serie de recursos, como las unidades de valoración, que los ordinarios no tienen. El objetivo es que la víctima esté atendida de manera integral. Según los últimos datos del CGPJ sólo el 5,1% de los casos que entran en un juzgado de violencia acaba en condena ¿Qué ocurre para que el porcentaje sea tan bajo? Pero si miramos el número de sentencias, más del 50% de los casos que llegan a ser juzgados acaban con condena. El maltrato ocurre en la intimidad familiar, sin testigos, y nuestro Derecho es muy garantista y hay que preservar la presunción de inocencia. Aún así el porcentaje es bastante alto ¿Está el problema en la retirada de denuncias? El 20% se echa atrás. He vivido guardias muy difíciles en las que se han concedido muchas órdenes de protección y al día siguiente han venido las mujeres de la mano de sus agresores a retirar la denuncia. Es lo que más nos preocupa y nos da una impotencia tremenda. No podemos proteger a quien no siente que tiene que ser protegida. Habla de medidas de protección. ¿Están funcionando las pulseras electrónicas? Se están poniendo pulseras, pero quizás hay que dar más información a los juzgados porque son muy efectivas. Las medidas de protección funcionan mucho como efecto disuasorio y son muy raros los casos que con una orden de protección la víctima resulta de nuevo agredida o fallecida, porque las fuerzas de seguridad evalúan el riesgo de la mujer y están tomando medidas a diario para su protección. ¿La juventud es consciente del problema de la violencia, porque ya se dan casos entre menores? Ahí tenemos muchísimo trabajo por hacer. Los adolescentes cada vez tienen relaciones sentimentales más jóvenes, cuando no tienen madurez para discernir cuáles son las señales de alarma y, en cambio, ya están sufriendo violencia. Entre la juventud se dan arquetipos machistas como «el que bien te quiere te hará llorar», o compartir claves de redes sociales como prueba de amor. Hay que educar en igualdad, para tener relaciones sanas y resolver los conflictos de forma pacífica. Y eso es trabajo de todos.

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