El cardenal de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, cerró ayer la novena en honor de la patrona de Mairena del Alcor, Nuestra Señora de los Remedios, en un acto que dio carta de oficialidad a la antigua coronación de la Señora en 1969 por el cardenal Bueno Monreal, que queda de este modo convalidada como Canónica.
Fue una discreta celebración que excluye los fastos que estas ocasiones llevan aparejados, al prohibirlos el Arzobispado expresamente apoyándose en que ya se celebraron en su momento. Amigo Vallejo, por ello, se esmeró en la bella homilía que dedicó a la Señora con cariño y devoción contagiosos, flanqueado por los sacerdotes Ramón Valdivia y Pedro Paz.
El cardenal comenzó manifestando su alegría por estar en Mairena, usando a continuación unos versos de Juan de la Encina, a la vez oración, el sentido e importancia de la Virgen como madre, protectora, y mejor remedio al que recurrir siempre ante todos los males: "Si tú no nos vales / quién pondrá remedio a nuestros males", recitó.
El acto, en la Ermita de San Sebastián, contó con la presencia del alcalde, Antonio Casimiro Gavira (PSOE), varios ediles del gobierno y la oposición, y representación de todas las hermandades maireneras y constituyó uno más de los muchos cultos patronales, cuyo día central será mañana con la salida procesional de la Virgen, seguido el próximo día 27 por la romería en su honor. El pasado 28 de agosto, como adelanto, tuvo lugar el pregón de las Glorias de María que pronunció Alejandro Jiménez.
Con ocasión del importante año de cultos, Nuestra Señora de los Remedios estrenará una saya en tela de tisú de plata bordada en oro, a juego con una túnica para el Niño que porta en brazos.
Por otra parte, a su llegada al pórtico de la ermita mairenera el cardenal se encontró con una concentración de aproximadamente medio centenar de fieles, que portando dos pancartas protestaban por el traslado forzoso del sacerdote parroquial y coadjutor Pedro Paz, al que se oponen. Los concentrados, que aseguran tener recogidas 3.000 firmas, entonaron gritos de apoyo al cura. Nada más comenzar el oficio los concentrados retiraron las pancartas para asistir a la ceremonia, algo que muchos fieles tuvieron que hacer desde el exterior.
