Era aún media tarde cuando un pequeño revuelo despertaba el silencio que enmudecía la Catedral. Había tenido que pasar un año para que la Virgen de los Reyes regresara hasta el que había sido su hogar durante varios siglos, tras una estancia de casi doce meses en el altar mayor de la parroquia del Sagrario. Volvía a esa misma capilla en la que se había forjado la devoción dormida de cada mes de agosto y que ahora abría de nuevo sus puertas para el inicio del primero de los cultos dedicados a la patrona.
Sólo unos cuantos privilegiados tuvieron el honor de disfrutar de este instante único. No fue como aquel mediodía del pasado 15 de agosto en el que, tras la misa estacional presidida por el arzobispo, la Virgen fue trasladada hasta el Sagrario. Esta vez no había costaleros, ni capataces, ni invitados. Junto a la patrona sólo estaban las Hermanas de la Cruz, algunos canónigos y varios miembros de la junta directiva de la Asociación de Fieles de la Virgen de los Reyes y San Fernando. Ellos y la inmensidad del templo catedralicio que volvía a recibirla tras un año de ausencias.
Como en el comienzo de cada mes de agosto, la Virgen quedaba situada a los pies de la Capilla Real para su reencuentro con los sevillanos. Esta vez no había sido bajada de su altar para que volviera a recibir los rezos anónimos. Era la Virgen la que se reencontraba con su capilla tras un año alejada de ella. Y es que desde esta tarde -entre las seis y las diez de la noche- comenzará el conocido como primer besamanos de la patrona, el primero de los cultos en su honor y que se prolongará hasta las dos de la tarde de mañana domingo. Será entonces cuando la imagen abandone de nuevo la capilla para la celebración de la novena en la nave del Crucero de la Catedral.
Para su reencuentro con los sevillanos, las Hermanas de la Cruz -camareras de la Virgen- han decidido que la patrona estrene una nueva saya realizada por Mariano Martín Santonja, y que ha sido donada de forma anónima. La pieza, ejecutada en hilo de oro a realce sobre tisú de plata, incorpora antiguos bordados procedentes de Francia y reproduce en su parte central el escudo del Cabildo Catedralicio.
Así será como la patrona reciba esta tarde a los sevillanos. Muchos de ellos, además, se acercarán por primera vez a su besamanos pues, como reconocía el presidente de la Asociación de Fieles, Antonio Ramos, "que la Virgen haya estado en el Sagrario ha permitido que mucha gente la descubra". Y tras un año lo harán en la Capilla Real, esa misma que recuerda desde su cancel aquello de que por Ella los Reyes reinan.