Cuando en 1691 Antonio Cardoso de Quirós ejecutaba la bella imagen que la Hermandad del Santo Entierro saca todos los Sábados Santos (que no llueve), nadie podía imaginar que, junto con las demás figuras de Astorga, se estaba provocando la creación y composición de lo que ha resultado ser uno de los mejores si no el mejor "misterio" romántico de Sevilla. El estilo tan acertado con que Manolo Ojeda como vestidor y Belén, Merche, Paquivel, Inés, Teresa y Reyes como camareras le vienen dando convierte a la imagen en su paso en una original (no facsímil) estampa del siglo XIX.
La cabeza, tanto con "plato" (hasta los ochenta) como con diadema (desde los noventa), tiene sus partidarios, por lo que alguna vez se podría reponer para que la juventud la viera como antaño. Cuento todo esto porque a los que les gusta el jamón de pata negra, es decir, lo bueno, bueno, tienen hasta hoy la posibilidad de disfrutar a la Virgen de Villaviciosa (ojo, no es ningún pueblo, viene del portugués, villafrondosa o florida) de cerca, porque la hermandad está de cultos y en un altar luce como no se puede ver en el paso. Cuando le ponen la saya de Teresa del Castillo (1880) que Manolo Ojeda recuperó y que a mí me parece de Dior u otra vaca sagrada de la moda en el mundo me resulta insuperable.
José María Font Ortiz es abogado
