Local

La Virgen se recoge sin saludar a todas las filiales por la rotura de un perno

Los almonteños saltaron la reja a las 2.50 de la madrugada.

el 13 jun 2011 / 05:29 h.

TAGS:

Los almonteños dejaron a la Virgen del Rocío en su altar a las 8.20 horas, cuando la Reina de las Marismas aún no había saludado a todas las filiales. Fue una decisión de urgencia, tomada por los miembros de junta presentes en ese momento y por el pueblo de Almonte, al detectarse la rotura del perno que fija el varal delantero derecho con el techo del palio, justo tras visitar la casa de las camaristas. La procesión se redujo a cinco horas y media dado que el salto de la reja ocurrió a las 2.50 horas.

Al posarse en el suelo de la plaza del Real, en una de las muchas veces que lo hizo a lo largo de la noche, el paso cimbreó del golpe, entonces el varal se desprendió. Junto al altar montado para la Misa de Pentecostés, un almonteño sujetó el varal al palio con dos pañuelos rocieros -a cuadros blancos, grises y negros-, que le retiraron cuando ya estaba en su altar. La decisión de regresar a la ermita fue rápida y los Simpecados que aguardaban en esta zona el encuentro con la Blanca Paloma se dispusieron formando un pasillo que la condujo a la Virgen hasta su ermita, donde entró, por la puerta de la Concha, a las 8.10 horas.

El presidente de la hermandad Matriz de Almonte, José Joaquín Gil Cabrera, se ha mostrado convencido de que la decisión de regresar a la ermita ha sido "acertada" ya que "lo principal es  garantizar la seguridad" de los devotos y de la propia imagen, que no  ha sufrido daños.

No obstante, ha explicado que para contar con todas  las garantías a las 23.00 horas está prevista la supervisión de los ingenieros para comprobar el estado del paso.

Gil Cabrera ha agradecido la actitud del pueblo de  Almonte que "ha entendido a la perfección" esta decisión. Asimismo, el presidente almonteño se dirigió a todos los rocieros para agradecer "su saber estar y entender esta decisión". Y aseguró que las puertas del santuario estarían abiertas "sin problema de hora", para cuando quisieran acudir con sus simpecados a rezar la Salve ante la Virgen.

Para entonces ya se había acercado al presbiterio de la ermita el Simpecado de Arcos de la Frontera. Le siguió Almería y todas por las que aún no había pasado la Reina de las Marismas: las que se sitúan en el último tramo del Real -como Huelva, que celebró un cabildo de oficiales para decidir en qué momento se acercaban al santuario-, en la calle La Romería, en El Eucaliptal, la calle Almonte, Las Carretas y la visita a la Matriz antes de entrar en el templo.

Pero "sin prisas, con mucha calma, disfrutando en la medida de lo posible", apunta el vicepresidente de Almonte y candidato a la presidencia en las elecciones del viernes, Juan Ignacio Reales, fueron pasando las más de 50 filiales afectadas por la interrupción de la procesión, entre las que estaban las sevillanas del Salvador, el Cerro del Águila y Sevilla Sur, entre otras. Muchas intentaron animar a los almonteños cantando en su entrada a la ermita: "Como los almonteños, Rocío, no hay quién te lleve". Todas rezaron la Salve ante la Virgen del Rocío como lo hubieran hecho en la calle, le dedicaron los vítores tradicionales y cantaron las plegarias o sevillanas elegidas para la ocasión.

"Es una anécdota para contar, pero yo no he visto nunca llorar a mi pueblo tanto. Estamos destrozados", aseguraba Francisco Javier Ramos. Una almonteña, sin embargo, se resignaba: "Ella lo ha querido así", pero un paisano le replicaba: "Pero si estaba disfruntando luciendo su traje nuevo".

Y así era. Había pasado apenas una hora y media desde que había amanecido y los rayos del sol realzaban la belleza de los bordados en rocalla del nuevo traje de la Virgen del Rocío, hecho en los talleres de Santa Bárbara con angelitos de talla gubiados por José Antonio Navarro Arteaga. "Vi el traje en la bendición en Almonte y me encantó. Es una maravilla", comentaba un rociero en la explanada de la Marisma, recién iniciada la procesión. Todos los comentarios fueron positivos, pero, al final, este gran estreno quedó en un segundo plano. El incidente había robado a la Virgen de las calles.

Los almonteños no recuerdan que nunca haya sucedido algo así en la romería de Pentecostés. El modelo de paso que tiene la Virgen, con un palio de plata repujado apoyado en seis varales, data de 1935. Hace poco más de un lustro, fue profundamente modificado para que pesara menos. Nunca había dado problemas, aunque no era la primera vez que sufría daños: algunas veces se han roto los bancos -travesaños de las andas por donde cogen los almonteños el paso- e incluso algún varal, "pero nunca se temió por la integridad de la imagen", cosa que sí pasó ayer "porque el varal estaba suelto".

Ni la lluvia ni incidentes similares habían interrumpido la procesión de la romería desde sus orígenes, según los datos de la Matriz. En 1988, apunta Juan Ignacio Reales se acortó la procesión extraordinaria organizada con motivo del 175 aniversario del Rocío Chico "por circunstancias que no vienen al caso".

Sin embargo, hasta ese momento, la procesión había transcurrido sin incidentes, aunque sí con mucho más público en las primeras horas que en años anteriores, tanto que se formaron compactas bullas en la explanada de la Marisma, y una presencia policial, en concreto de agentes de la Guardia Civil, más perceptible.
En el recorrido por la Marisma, el primer tramo del Real y el Acebuchal, la procesión transcurrió con mucha rapidez. Una vez que la Virgen salió del santuario y los almonteños la subieron a los hombros, prácticamente no volvió a pisar la arena hasta después de saludar a Hinojos, en la calle Sanlúcar.

Le llovieron pétalos de flores en Huévar, en Triana, pero especialmente espectacular resultó la petalada de Umbrete, con flores de buganvilla fucsia, que destacaba sobre la luz de la vengala colocada tras la espadaña.

Dos veces pasó la Virgen por Pilas, varios minutos se recreó en La Palma del Condado, donde no paraban de cantarle sevillanas, y prácticamente quieta estuvo unos minutos en Villamanrique, mientras Carlos Rodríguez, el nuevo párroco, le rezaba sus primeras salves a hombros.


Comienza ahora la cuenta atrás hasta el próximo Lunes de Pentecostés, el 27 de mayo de 2012. El consuelo es que el próximo año toca Venida de la Virgen, como cada siete años. Entre agosto de 2012 y mayo de 2013, la Reina de las Marismas estará en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción.

  • 1