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La víspera del pregonero

Antonio García Barbeito confesó que "el pregón ya está terminado".

el 03 feb 2010 / 22:10 h.

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Antonio García Barbeito recibió a las autoridades civiles y religiosas de la ciudad.

La calle Bailén fue anoche la prolongación del Teatro de la Maestranza. El pregonero de la Semana Santa, Antonio García Barbeito, recibió a las autoridades de la ciudad como antesala de la mañana en que deberá hacer sentir en los corazones de los sevillanos el milagro de la víspera de una nueva Semana Santa.

No quiso faltar nadie a la cita y es que el acontecimiento lo merecía. El pregonero se sabía entre amigos y no dudó en comentar cómo llevaba la escritura del pregón. "Lo tengo terminado. Imaginaos si a estas alturas lo estuviera fraguando", bromeaba. Eso sí, Barbeito confesó que necesita estar "a solas con el papel" el tiempo necesario para "coserlo y rematar las cosas importantes".

Minutos antes de que comenzaran a llegar las autoridades, el número 17 de la calle Bailén parecía una casa de hermandad a la que ponía la banda sonora las notas musicales de la marcha La Estrella Sublime, un clásico que trasladaba a los presentes al Domingo de Ramos. Los primeros en llegar fueron los miembros del Consejo General de Hermandades y Cofradías junto al presidente Adolfo Arenas. Una visita a la que correspondió la llegada del alcalde de la ciudad y la delegada de Fiestas Mayores. Mientras se esperaba al arzobispo, Barbeito charlaba animadamente con el presidente del Consejo y Sánchez Monteseirín con los que, a buen seguro, compartía el cariño recibido por los sevillanos. "Estos días he sentido que la gente confía en mí y me daba su calor humano", recordaba.

A los sones de Ione, monseñor Juan José Asenjo era recibido a las puertas del domicilio por el pregonero y las autoridades. Fue ese un instante especial pues Barbeito, más allá del gentío que abarrotaba el patio interior de la casa, quiso compartir unos minutos de conversación con el arzobispo en los que descubrieron que guardaban cosas en común. "Acabo de conocer que su padre y el mío eran campesinos", explicaba Barbeito. Era el primer encuentro con un pregonero que vivía monseñor Asenjo como arzobispo de Sevilla y se mostraba "encantado" con lo que estaba viviendo. "Le he deseado que el pregón sea un éxito, que nos conmueva y nos ayude a vivir con gozo y compromiso la Semana Santa".

La de ayer fue una de esas noches que recuerdan que Sevilla está expectante por volver a resucitar su Semana Santa. Y es que en la calle Bailén la parihuela de la víspera dio una nueva chicotá para recordar que sólo quedan 14 días para la Cuaresma.

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