Miércoles 21 de abril. El día previsto para que la zona azul comenzara a funcionar de nuevo en Utrera, pero lo hizo a medio gas. Pocos coches con tickets, muchas máquinas apagadas y numerosos huecos para los vehículos fue la estampa que dejó el primer día del nuevo servicio de ordenación y regulación del aparcamiento (ORA), que es como se llama.
Estaban llamadas a ser 17 las calles y plazas con esta regulación, pero ni por asomo se alcanzaron los 606 aparcamientos previstos. Y es que el Ayuntamiento de Utrera aprobó en su último pleno la modificación de la ordenanza de la zona azul con la intención de contemplar la ampliación a las nuevas vías, por lo que hasta que se publique no funcionará en estas calles. Por ello, la fecha prevista para que lo haga está fijada en el 21 de mayo.
Sin embargo, había expendedores que, en teoría, debían funcionar con normalidad al estar en las calles que sí contaban antiguamente con zona azul, pero no lo hacían en algunos lugares, mientras que en otros sí estaban operativos, cuando no debía ser así. En cualquier caso, de todas las áreas ocupadas por el servicio, ayer solamente se encontraban activas las calles Vía Marciala (desde la plaza de Santa Ana a la calle Lope Díaz), La Corredera (desde Santa Ana hasta Maestro Bernabé García), María Auxiliadora (desde Cristóbal Colón a Juan XXIII), La Plaza y el porche de Santa María.
En el resto, las máquinas estaban apagadas y mostraban su correspondiente cartel indicando la gratuidad durante un mes más. Son unos expendedores que, dotados de placas solares, se alimentan mediante energía solar, además de permitir el pago en efectivo y mediante una tarjeta recargable que pueden solicitar a la empresa adjudicataria (Dornier ).
Lo que pareció estar claro es que la mayoría de las personas no tenían conocimiento, o decían no tenerlo, de la vuelta de la zona azul, a tenor de la imagen que presentaban los vehículos. La mayoría de ellos, un 90% según los controladores que trabajan para la empresa, carecían del correspondiente ticket. Por ello, durante estas primeras jornadas, los seis empleados se dedicarán más a tareas informativas que sancionadoras. De hecho, ayer no era difícil verlos repartiendo unos trípticos con todos los datos de la zona azul, con la intención de que los ciudadanos se informen.
No obstante, a pesar de que eran pocos los que habían puesto su distintivo en el coche, fue comentario generalizado el hecho de contemplar la gran cantidad de aparcamientos libres que ya ayer pudieron verse frente a la locura que suponía hasta ayer encontrar un hueco para el coche.
Desde ahora, llegar al casco antiguo supone aportar una cuantía económica correspondiente al tiempo de estacionamiento que deseen las personas, y que oscila entre los 30 minutos como mínimo (0,30 euros) y las dos horas como máximo (1,40 euros). Asimismo, los residentes en zona azul pueden disponer de una tarjeta para poder aparcar sin limitación temporal, pudiendo ser anual, trimestral o mensual. Para contratarla, deben acudir a la oficina que Dornier mantiene abierta en la calle Campana número 28, de 10.00 a 13.00 y de 17.00 a 19.00 horas.
