Cofradías

Lanzados hacia la Catedral pese a las noticias de lluvia

Pese a las nubes negras que cubrían el cielo en el momento de la salida y las noticias de esas gotas, no tuvieron dudas y la hermandad puso rumbo a la Catedral.

el 14 abr 2014 / 21:59 h.

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Caían unas gotas en el Centro cuando la hermandad del Cautivo del Polígono de San Pablo se ponía en la calle. «Las previsiones que manejamos son muy buenas: un 5% de probabilidad de lluvia hasta las 13 horas y un 0% el resto del día», explicó Miguel Ángel Campos, el hermano mayor de la corporación. Así que, pese a las nubes negras que cubrían el cielo en esos momentos y las noticias de esas gotas, no tuvieron dudas y la hermandad puso rumbo a la Catedral. El Polígono San Pablo por las calles del barrio. Foto: José Luis Montero El Polígono San Pablo por las calles del barrio. Foto: José Luis Montero Con las marchas dedicadas al Señor Cautivo y Rescatado, salía el paso de misterio, obra completa de Luis Álvarez Duarte, al igual que la dolorosa, de la parroquia de San Ignacio de Loyola. Cautivo de mi barrio y Mi plegaria fueron los sones interpretados por la banda de cornetas y tambores de las Tres Caídas de Triana que lo llevaron hasta el asfalto de la avenida de Pedro Romero. Exornado con rosas malvas y antirrhinum morados, avanzaba recibiendo el cariño de sus vecinos, cientos de ofrendas florales y los aplausos de cuantos lo veían pasar. Agarrada a una de las maniguetas trasera camina Ana Ruiz. Con ella, María Expósito y Mercedes Fiances. Cada una tiene sus motivos para este camino de promesa. No se conocían entre ellas, pero al final, la conversación y la devoción las hace amigas. «A ver si el Señor nos saca de la crisis, que tengo a cuatro en casa en paro», se encomienda Mercedes, que se estrenaba ayer en este particular puesto de la cofradía. «Llegaremos hasta la Campana, donde nos dejan, y volveremos a ponernos en la Cuesta del Rosario». Pero «todo el camino con Él». En paralelo al cortejo, avanzaba Pili a toda velocidad con el carrito de Denisse. Tras la imprescindible parada de avituallamiento, la nazarenita, que aún no ha cumplido dos años, debía ocupar su lugar en la cofradía, junto a su hermano Josemari, sin parar de repartir caramelos y sonrisas a todo el que se acercaba. Detrás venía la Virgen del Rosario, arropada por un abundante exorno floral de rosas achampanadas y por los sones de la banda de la Cruz Roja, que la mimó en su salida con las marchas Rosario de Marvizón y Dios te Salve, Rosario, como por la calle Tetuán, camino ya de la Campana, con Caridad del Guadalquirvir. Antes, todavía en su barrio, en la calle Sinaí, se produjo una accidentada levantá que ayer colapsó las redes sociales a primera hora de la tarde. Pero tanto el hermano mayor como el capataz, Manuel Soto, quisieron restarle importancia: «Estábamos dispuestos para la levantá, cerca del palio cayó algo al suelo y parte de la cuadrilla pensó que era el martillo y levantaron el palio. No ha pasado nada más que el susto y, pese a lo que se ha dicho, los costaleros están todos bien».

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