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Las bisnietas de la Constitución 'cañaílla'

El Diario de Sesiones de la época advierte de la "carencia del auxilio de taquígrafo" y avisa del "estado en que se hallaba la libertad de imprenta" durante las reuniones de aquellas Cortes.

el 15 sep 2009 / 19:33 h.

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El Diario de Sesiones de la época advierte de la "carencia del auxilio de taquígrafo" y avisa del "estado en que se hallaba la libertad de imprenta" durante las reuniones de aquellas Cortes. Entre los diputados doceañistas que elaboraron la primera Constitución no había mujeres, ni siquiera tenían derecho a voto, sino hombres adinerados y burgueses venidos de distintos puntos de España y ultramar, elegidos por la sociedad o designados por las autoridades locales. En aquellas Cortes que se refugiaron de la invasión francesa en Cádiz y la Isla de León, sus señorías pedían licencias de seis meses para "tomar sus baños minerales" y los sueldos, 5.003 pesos, eran a veces donados a la beneficiencia en plena Guerra de la Independencia.

El Conciso, Diario Mercantil y El Redactor General contaban noticias, aunque entonces ninguno pudo poner en titulares lo que iba a suponer la primera Constitución española para Europa y América, aquella que se aprobó el 19 de marzo de 1812 y que la calle bautizó: La Pepa. Hoy el parlamentarismo tiene mucho que agradecer a aquellos doceañistas y dos diputadas por Cádiz en el Parlamento andaluz dicen sentirse herederas de aquella historia.

La socialista Raquel Arenal (Cádiz, 1974), ocupa el escaño 56 y mirando a aquellas Cortes no puede borrar de su mente la foto de la última Cumbre de Washington. "No sé si será políticamente correcto pero desde luego que en ambos sitios veo a dos grupos de hombres acorralados que tienen que inventar algo nuevo. Tenían que buscar un revulsivo contra el sistema", explica. De aquella encrucijada dos siglos atrás nació una carta de derechos "que en muchos casos ni se planteaban aunque ahora puedan parecer tan básicos", señala Arenal. Y se sembró la semilla de la independencia de los países de Iberoamérica. "Me acuerdo de una cita de Einstein: En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento", rememora la socialista.

Cerca, en el escaño 116 del Parlamento, se sienta la popular Carmen Pedemonte, a la sazón primera teniente de alcalde de San Fernando, una localidad protagonista del Bicentenario. "Me siento una privilegiada", afirma. "Estamos recuperando nuestra historia. Es un momento ilusionante, apasionante y además histórico", asegura esta diputada cañaílla.

Los nacidos en San Fernando, como Pedemonte (1957), ahora más que nunca recuerdan eso de "cuando España fue una isla". "La libertad de imprenta, equivalente a la libertad de prensa actual, la inviolabilidad de los diputados, la igualdad de los españoles o la separación de poderes se proclamaron en San Fernando", reivindica la diputada del PP. "Para toda Europa y América", apostilla.

Pero ¿es ésta una conmemoración que está en la calle o sólo en las esferas políticas? Según quien ponga el termómetro. La socialista cree que es necesario "darle un gran impulso para que el ciudadano se sienta partícipe" y para que "la gente entienda la importancia de lo que está pasando". Su compañera del PP tiene otra idea: "Los ciudadanos se están involucrando, será fácil repetir la participación del pueblo en 1810, cuando el grito de ¡Todos a una! y se hizo posible la resistencia frente al asedio".

Si tienen que elegir dos momentos que han vivido por La Pepa, Arenal se queda con un hermanamiento en Montevideo con agrupaciones carnavaleras gaditanas y de la ciudad. Uruguay no sólo copió la Constitución, también un carnaval que dura 45 días y reúne a 4 millones de personas. Pedemonte escoge la estampa la Guardia Salinera, que un grupo de San Fernando está "recuperando con el máximo rigor histórico". "Y la foto de una señal de aparcamiento en una de las baterías defensivas de San Fernando que ahora se están rehabilitando. Junto a ella, un lema: Que no te aparquen tu historia".

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