Deportes

Las brazadas inagotables de Diego Rojas

A sus 56 años Diego Rojas volvió a lanzarse a las piscinas y ostenta los récords en categoría Masters 55-59 de 50 libres, 100 libres, 200 libres y 200 estilos.

el 08 dic 2009 / 20:42 h.

A sus 56 años, Rojas sigue en plena forma.

Es posible que el nombre de Diego Rojas no le suene a mucha gente, quizás solamente a aquellos apasionados del deporte en general y de la natación en particular que vivían en los años finales a la dictadura y primeros de la transición española.
En una etapa de la historia donde la ciudadanía trataba de superar barreras, los deportistas eran un reducto que trataban de aislarse de las condiciones sociales para batir sus propias metas. Uno de los principales exponentes del deporte sevillano era por entonces el nadador Diego Rojas. Criado deportivamente entre el Labradores y el Natación Sevilla, Rojas era una de las muestras de superación con las que el deporte impregna la sociedad.


El deporte de alto nivel necesita una dedicación máxima, algo no entendido en aquellos años. “Cuando salía a la calle a correr la gente me miraba como si fuera un loco y me decían que cogiese un pico y una pala”, recuerda. Por ello agradece a su familia el empeño que puso por que entrase en el deporte: “Mis padres nos inculcaron siempre un espíritu deportivo. En mi familia hay subcampeones de España de remo, de piragüismo...”.


Si ya en estos años dejar la vida en familia se hace duro, mucho más por entonces. “A los 16 años me tuve que ir a Barcelona, a la residencia Joaquín Blume para centrarme en la natación pero no podía perder de vista que eso sólo sería una etapa de mi vida, por lo que acabé también mis estudios de Ingeniería”, explica. Pero esos años le dieron grandes alegrías y entre sus logros están las 105 internacionalidades con la selección.

Fue finalista en el Mundial de Colombia de 1975 y participó en el de Belgrado dos años antes, además de ser designado mejor nadador de España y batir multitud de récords en sus especialidades: el crol y la mariposa. Sólo le quedó clavada la espina de ser olímpico. Le faltó una décima para acudir a Múnich’72 y lo tuvo en la mano en Montreal’76; sin embargo, un hecho trágico puso un punto y aparte a su vida deportiva: “Mi compañero en la Blume, Manuel Molinero, se mató el 1 de enero de 1976. Se me quitaron todas las ganas de nadar y a cuatro meses de los Juegos me retiré”, relata.


UN RETORNO A LOS CINCUENTA. Tras bastantes años despegado de la competición y centrado en sus negocios, a principios del presente año volvió a sentir el gusanillo de medirse a los mejores, en esta ocasión en categoría máster 55-59. Su retorno ha sido un éxito. Ni corto ni perezoso, volvió al Club Natación Sevilla y fue a por todas: “Vuelvo para batir los récords de España”, dijo. Y como cuando daba sus primeras brazadas, fue tachado de poco menos que loco.


Con la idea en la cabeza de marcarse metas a medio plazo y tras “casi no llegar en su primera competición”, poco a poco ha ido cumpliendo los objetivos y ya posee los récords nacionales en su categoría de 50 libre, 100 libre, 200 libre y 200 estilos, además de ser el vigente campeón nacional en los 100 libre y los 200 estilos. Sin embargo, a pesar de cumplir años, las metas no se le acaban y la próxima temporada probará con “la mariposa y la espalda”, ya que “tanto en la vida como en la natación hay que ser competitivos en todas las facetas”.

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