Fue el momento en el que el Ayuntamiento de Las Cabezas de San Juan se convirtió en el primero constitucional de la historia de España. Pero de eso no queda nada en las actas capitulares, apenas sí unas referencias sobre la estancia del general Rafael del Riego y su batallón en este municipio del Bajo Guadalquivir, rescatadas de la carcoma y la humedad por los expertos del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH).
Pese a haberse perdido gran parte de su esencia, poseer estas actas capitulares con el testimonio del paso por el pueblo del general que el 1 de enero de 1820 dio un golpe contra el absolutismo, y proclamó por primera vez la Constitución de 1812, La Pepa, es un orgullo para el pueblo que albergó ese momento y cuyo alcalde, Francisco Javier Toajas (PSOE), acudió ayer a comprobar el resultado de la restauración. Se trata del tomo 13 de un archivo municipal de 53, en concreto el correspondiente a los años entre 1816 y 1828, que jamás antes había dejado el pueblo pero que llevaba un lustro fuera para ver si el IAPH era capaz de restaurar el máximo posible.
"Nos dijeron al principio que era prácticamente imposible, que estaba muy mal, por lo que estamos muy agradecidos de ver el resultado y de salvar esta parte tan importante de nuestra historia y que también es parte del patrimonio de la humanidad, como cualquier lucha por las libertades", enfatizó el alcalde. Recordó así que, pese a que quizá no hizo correr tantos ríos de tinta o metros de celuloide, el levantamiento de estas tropas "fue tan importante para la defensa de las libertades como pudo ser la revolución francesa o la americana en Filadelfia". Deseó por ello poder continuar trabajando en la difusión del documento, que desde la creación del nuevo archivo municipal tiene garantizada su conservación en un lugar apropiado. Igual que el resto de actas capitulares entre 1700 y 1979 que atesora el municipio.
Por su parte, el director del IAPH, Román Fernández-Baca, detalló que "muchas de las pérdidas eran de carácter irreversible, de ahí la extrema gravedad y fragilidad en que se encontraba el volumen". Por ello, reconoció que "su manipulación fue especialmente peligrosa", por lo que también se tuvieron que extremar las medidas de control durante la intervención de la obra, que presentaba suciedad, hongos, excrementos de insectos... y todo el deterioro propio de un libro arrinconado durante décadas.
Una asociación de Las Cabezas de San Juan fue la que en 1999 reparó en ello y empezó a movilizarse para que se restaurara este testimonio del protagonismo del municipio en el pasado de España y, como precisó el delegado provincial de Cultura, Bernardo Bueno, "una joya que es parte esencial en la historia del constitucionalismo".
Rafael del Riego (1785-1823) llegó a Las Cabezas de San Juan el 8 de noviembre de 1819 con el batallón de Asturias esperando para embarcar en Cádiz para participar en las guerras contra los ingleses. Durante su estancia protagonizó el primero de los distintos levantamientos que concluirían el 10 de marzo con la recuperación de La Pepa, tras la jura de la misma por Fernando VII. Dio así comienzo el llamado trienio liberal, cuya caída precipitó también la ejecución del general.
