Las cajas de ahorros españolas sumaron en el primer trimestre del año un beneficio neto de 2.028 millones de euros, un 23,3% menos que el año anterior, debido al esfuerzo en dotaciones y provisiones para insolvencias. La morosidad se colocó en el 4,64%.
El refuerzo del colchón anticrisis para eventuales impagos y deterioro de activos y la ausencia de ingresos extraordinarios fueron las principales razones de que el resultado neto atribuido al conjunto de las cajas españolas retrocediera un 23,3% interanual entre enero y marzo, hasta situarse en los 2.028 millones.
Según informó ayer la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), estos resultados coinciden con la "fuerte contracción" que atraviesa la economía española, pese a lo cual estas entidades han mantenido una actividad dinámica que ha permitido que el balance agregado del sector creciera el 6%, hasta los 1,28 billones.
Sin embargo, la tasa de mora de las cajas continuó creciendo y alcanzó el 4,64%, algo más del triple que el 1,44% de marzo de 2008.
Tras los cambios en la formulación de las cuentas de las entidades financieras, las comparaciones con las cifras del mismo periodo de 2008 no son completamente homogéneas, "aunque sí muy aproximadas", explica la CECA, que añade que precisamente en aras de la homogeneidad no se incluyen los datos relativos a Caja Castilla-La Mancha.
Tampoco se especifican los créditos y los depósitos correspondientes a marzo, debido a que la CECA ha optado por publicar las cifras definitivas cuando las confirme el Banco de España.
Por este motivo, la patronal esperó hasta ayer para publicar los balances definitivos de febrero, cuando las cajas tenían concedidos créditos por valor de 910.696 millones, lo que implica un incremento interanual del 5,3%, la tercera parte del crecimiento del 15,9% que registraban un año antes. En cuanto al ahorro, las cajas vieron cómo los depósitos confiados por su clientela se situaban en febrero en 789.084 millones, el 7,5% más frente al ritmo del 13% de un año antes.
En cuanto a los principales márgenes, el de intereses -diferencia entre los intereses cobrados y los pagados- se situó en 5.292 millones, tras crecer el 18,7%.
Una vez añadidos los resultados de los instrumentos de capital -que incluyen los dividendos de empresas que no consolidan en estas cuentas-, que crecen el 11,4%, se obtiene el margen de intermediación, que se sitúa en 5.837 millones, un 17,1% más. Por su parte, el margen bruto -antes ordinario, que suma al anterior las comisiones netas, los resultados de operaciones financieras y la aportación de las participadas- se situó en 8.552 millones, el 3,8% más.
Por último, el resultado bruto de explotación -el que mejor refleja la evolución de la actividad bancaria pura- retrocedió el 13,8%, hasta 2.602 millones, una vez descontados los gastos de personal, de administración y las amortizaciones. Este retroceso se debe al fuerte incremento del 64,7% de las pérdidas netas por deterioro de activos, que incluyen las dotaciones por insolvencias para cubrir la morosidad.