La llegada de la temporada navideña impulsa el negocio de las cestas de alimentos, tradicional obsequio de las empresas hacia sus clientes y empleados, que van ganando en sofisticación y apuestan por productos cada año más especializados, lo que las convierte en verdaderos productos temáticos.
Estos conocidos presentes navideños tienen su origen, según la tradición, en las canastillas que usaban antiguamente los campesinos para entregar los aguinaldos, aunque en la actualidad esta costumbre se ha convertido en algo mucho más formal e institucionalizado.
A pesar del auge de los cheques regalo, que cada año son más utilizados por las empresas para obsequiar a sus trabajadores, debido a su mayor comodidad, este año piden paso en el mercado nuevos modelos de cestas con diseños innovadores y productos exclusivos.
Las cestas especializadas en una sola gama de productos han ganado puntos, y el queso es uno de los alimentos que da más juego: la combinación de distintas variedades- manchego, zamorano, idiazabal, de cabra, entre otros- con pan, confituras y salsas para acompañar da como resultado un producto atractivo a la vista y al paladar.
Los vinos, cavas y otras bebidas alcohólicas son un clásico en los obsequios navideños, y podemos encontrarlos en todo tipo de formatos, como estuches, cajas o baúles, solos o acompañados de accesorios para complementar el regalo, como sacacorchos y descapsuladores.
Lo mismo ocurre con las cestas de jamón, que equipan al destinatario con todo lo que necesita para disfrutar plenamente del regalo, desde cuchillos para asegurar el corte perfecto hasta soportes de madera. En ocasiones el jamón viene acompañado de otros productos ibéricos.
Las frutas tropicales también tienen cabida en el obsequio navideño, y productos como la piña, el mango y la granada se combinan con naranjas, manzanas o uvas para dar colorido a unas cestas que, eso sí, deben entregarse en el día para conservar su frescura.
Los precios se adaptan desde el bolsillo más económico a las demandas más exigentes de calidad, ya que este año oscilan entre los 20 euros del lote más simple (dos botellas de cava y una caja de bombones) hasta los 2.500 euros de las más exclusivas.
Entre los alimentos más caros de las cestas encontramos jamones ibéricos de bellota, latas de foie, aceites de oliva virgen, mermeladas, perdices y otros productos "delicatessen", siempre acompañados de los "típicos navideños", como tabletas de turrón, polvorones, guirlaches o tortas navideñas, y regados con vinos, cavas y otras bebidas espirituosas.
Existen empresas especializadas en la comercialización de cestas navideñas, que dan la oportunidad al cliente de configurar sus pedidos, comprar por Internet e incluso entregan en producto a domicilio.
Tanto el pequeño comercio como la gran distribución apuestan fuerte por este negocio, que reporta jugosos ingresos en las fechas navideñas.
Licorerías, panaderías, pastelerías, tiendas gourmet y grandes almacenes tienen sus propios catálogos con surtidos de productos navideños.
A la vista de que los españoles gastaremos en alimentos hasta un 17 por ciento más estas Navidades, tras las subidas de precios de los últimos meses, estos detalles supondrán, si la empresa "se estira", un pequeño respiro para las economías familiares.
