Los documentos de buenas intenciones para erradicar el hambre no llenan los platos de comida. Por ello, la declaración final de la cumbre sobre la seguridad alimentaria de la FAO, que se aprobó en Roma, ha contado con más de una voz crítica.
El proyecto de declaración final incluye los viejos compromisos de eliminar el hambre del mundo y de no utilizar los alimentos como un instrumento político y económico.
Un texto que cuenta con la objeción de Argentina y las duras críticas de Venezuela y Cuba, que consideran que en el documento no se adoptan medidas reales para acabar con el hambre en el mundo.
A esas voces discordantes se unieron, tras la aprobación del proyecto, Ecuador, Nicaragua y Bolivia, al igual que más de 900 ONG y asociaciones civiles. Estas últimas señalaron que la cumbre de la FAO ha sido un fracaso. El motivo es que se mantienen "las mismas políticas" que han llevado a la actual crisis alimentaria.
Sin embargo y a pesar de este rechazo, el director general de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Jacques Diouf, aseguró ayer que los resultados obtenidos tras la cumbre sobre la seguridad alimentaria han estado "a la altura de las expectativas".
Diouf se mostró muy satisfecho por haber llegado a un consenso que permitió aprobar una declaración
Para el director de la FAO "esta reunión ha servido para demostrar la cohesión de las agencias de las Naciones Unidas" y "la voluntad de los países de trabajar juntos". Según Diouf, la declaración aprobada "es esencialmente política y ha retomado los puntos más importantes y principales de los precedentes acuerdos adoptados en otras cumbres".
Reconoció que "no ha sido fácil llegar a un acuerdo", pero que esta cumbre ha servido para localizar "los desafíos que se tienen que afrontar para resolver el problema más importante de nuestra época: el hambre en el mundo".
Ayudas. Para el director de esta agencia de Naciones Unidas, ahora el desafío será "doblar la producción mundial antes de 2050" para poder obtener más alimentos. Diouf señaló que aunque en esta cumbre no se pretendía recoger fondos, "la sorpresa ha sido el anuncio de donaciones por parte de países e instituciones, que han superado cualquier expectativa".
Entre ellas citó el millón de dólares entregado por el Grupo del Banco Africano para el Desarrollo, así como los compromisos de donaciones de Francia (1.500 millones), Japón (150 millones), Kuwait (100 millones), las Naciones Unidas (100 millones), España (773 millones y Venezuela (100 millones), entre otros.
Como otro de los logros de la cumbre de la FAO, Diouf citó "la toma de consciencia que el hambre no es un problema unitario sino algo mundial que golpea a cada país", incluidos los más ricos del planeta.
