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Economía

Las cuentas del Estado entran en déficit por primera vez en tres años

El frenazo económico y las medidas puestas en marcha por el Ejecutivo han pasado factura a las cuentas públicas que, por primera vez desde 2005, han incurrido en déficit. Mucho ha tenido que ver el coste de la factura energética y los menores ingresos por el Impuesto de Sociedades y el IVA.

el 15 sep 2009 / 08:24 h.

El frenazo económico y las medidas puestas en marcha por el Ejecutivo para paliarlo han pasado factura a las cuentas públicas que, por primera vez desde 2005, han incurrido en déficit. Mucho ha tenido que ver el coste de la factura energética por el alza del crudo y los menores ingresos por el Impuesto de Sociedades y el IVA.

La crisis económica y las medidas para paliarla han acabado en seis meses con el superávit del Estado, cuyas cuentas registraron en junio un déficit -el primero en tres años- de 4.683 millones de euros, el 0,42% del PIB, frente al superávit de 5.218 millones contabilizado en ese periodo de 2007.

Aunque junio suele ser un mal mes para las cuentas del Estado, con menos ingresos, en esta ocasión pesaron más los efectos de la crisis, que hicieron bajar los ingresos a causa de la desaceleración, sobre todo inmobiliaria, y de los peores resultados de las empresas, cuyos costes se han disparado con el precio del petróleo.

A todo esto hay que añadir las medidas puestas en marcha por el Ejecutivo para paliar el deterioro económico que, según los cálculos del secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, supondrán que este año se dejen de ingresar 8.000 millones de euros, cantidad que, recalcó, pasará a ser dinero en circulación para ayudar a reactivar la economía.

Incluida en esta cantidad está la rebaja fiscal de 400 euros, cuyos efectos sobre las arcas del Estado no se conocerán hasta julio, ya que en junio sólo se había contabilizado la devolución de los funcionarios.

Con este panorama, el Gobierno asume ya que al cierre del ejercicio las cuentas del Estado presentarán un "moderado" déficit, "de décimas" según el secretario de Estado, aunque las previsiones iniciales del Gobierno apuntaban a un equilibrio.

Habrá que ver cuál es el saldo del conjunto de las Administraciones Públicas, que cerraron los tres pasados años con históricos superávit, y a las que compensará el saldo positivo que sigue registrando la Seguridad Social.

Al analizar las cuentas del Estado, Ocaña subrayó el hecho de que, pese a la desaceleración económica, los ingresos por el IRPF siguen mejorando, con un aumento del 14,9%. El incremento de la recaudación por las retenciones de trabajo del IRPF fue del 9,8%, lo que para Ocaña demuestra que el mercado laboral "sigue sólido, estable y arrojando crecimientos importantes", y también destacó el incremento notable -aunque habitual- de las retenciones de capital, en un 28,9%.

Los impuestos que, por el contrario, mejor reflejan el impacto de la crisis económica son el IVA y el Impuesto sobre Sociedades.

Así, las empresas acusan la crisis con menos beneficios sobre los que reportar a Hacienda, como lo demuestra la caída en un 17,6% de los ingresos por Sociedades, que el Gobierno también justifica con los cambios normativos de los últimos meses, como la segunda parte de la rebaja del tipo de gravamen, así como los nuevos criterios contables y la opción de pagos fraccionados que han elegido algunas empresas y nuevos criterios contables.

En cuanto al Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), su recaudación se redujo el 14,2%, como claro reflejo de la contracción del consumo de los hogares, aunque también influyó la aceleración de las devoluciones.

Otra muestra de la "atonía del consumo", como la llamó Ocaña, es la recaudación por impuestos especiales, que sólo creció el 1,3%. La recaudación del impuestos sobre el tabaco subió el 7%, mientras que la que grava los hidrocarburos cayó un 2,5%, como muestra del menor consumo a causa de su encarecimiento.

Por otro lado, los gastos del Estado siguieron aumentando. Los gastos no financieros se elevaron un 4,2%, hasta los 67.689 millones, y los financieros alcanzaron los 7.519 millones, el 15,3% más, debido en este último caso a los mayores intereses que hay que pagar por la deuda pública.

En el caso de los gastos no financieros, aumentaron las transferencias corrientes y los gastos de personal, mientras que descendieron los destinados a inversiones, por la caída en la inversión militar, ya que la civil se incrementó el 3%.

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