"Todas las culturas que recalaron aquí se volvieron andaluzas. Parece que hay una fuerza que fluye de esta tierra, convirtiendo en andaluces a los que llegan". La presidenta del Parlamento, Fuensanta Coves, eligió ayer un tono lírico para exaltar el Día de Andalucía, hizo un llamamiento a los políticos para preservar la concordia del 28F por encima de sus diferencias ideológicas y les advirtió sobre "el descrédito de la política como concepto", a causa de los efectos de la corrupción.
También instó a las fuerzas parlamentarias a pactar para doblegar la crisis y a comunicarse entre sí para mejorar, con diálogo, las leyes que se están ahora debatiendo: la del agua, la muerte digna, las leyes locales... Fue un discurso para políticos, más que para ciudadanos, más concentrado en definir el logro de la autonomía de Gobierno que la autonomía identitaria andaluza. "Han intentado socavar los cimientos de nuestro actual Estado de Derecho. Confrontando crisis económica con debates estatutarios se malconforma un escenario del cual viene a concluirse que no conviene la existencia de autogobiernos autonómicos".
El líder del PP-A, Javier Arenas, mostró su indignación tras el discurso, porque le pareció "partidista" e "impropio de un cargo institucional". Diego Valderas, coordinador regional de IU, echó en falta fuerza en las palabras de Coves y que no arremetiera "contra los banqueros y las cajas de ahorro, responsables de la crisis". "Es el discurso menos reivindicativo en 30 años", dijo.